Una noche llena de música y bailes es lo que vivió el pasado jueves la artista plástica Yela Loffredo de Klein durante un homenaje que las autoridades y alumnos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) le rindieron por su destacada trayectoria.

Loffredo, de 89 años y con más de seis décadas en las artes, llegó puntual al festejo que se le había organizado y que estaba previsto empezar a las 19:00.

Ella era una de las más entusiasmadas de la noche, esperaba ansiosamente las sorpresas que le tenían preparadas. El maestro de ceremonias dio inicio al homenaje cerca de las 19:30 y el público pudo ver la participación de ocho agrupaciones de danza folclórica.

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Estos grupos son los que han participado en los festivales de danza folclórica que anualmente realiza la Espol y que surgieron de la iniciativa de esta creadora, que por más de tres décadas ha estado ligada al desarrollo e impulso de las actividades culturales y artísticas de esa institución.

Los primeros en aparecer fueron Fuerza Pacari y Candilejas. Ambos ejecutaron danzas como Festejo montubio, Alza que te han visto, Alma montubia o La iguana.

Otras agrupaciones como la Corporación de Arte Iberoamericano, el Ballet de Danza Folclórica de la Espol, Chonta Cuero y Bambú, Costumbres de mi pueblo, Jatari y Nuevos Horizontes también estuvieron sobre el escenario del Aula Magna del campus Las Peñas.

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El rector de la Espol, Sergio Flores, le entregó una placa conmemorativa a la artista plástica guayaquileña. Acto seguido Loffredo recibió diversos obsequios de cada uno de los conjuntos dancísticos que se encontraban esa noche.

“A este público le debo todo, gracias, y así yo ya no esté aquí no se pierdan, sigan adelante” fueron las palabras que la escultora, ícono del arte de la ciudad, pronunció para agradecer el homenaje. A su discurso se sumaron los aplausos de las decenas de personas que fueron a la jornada de celebración.

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Cerca de las 20:30, el actor y poeta Antonio Santos cerró el acto con la interpretación de una canción distintiva de esta ciudad, Guayaquileño. Fue en ese momento cuando los bailarines de cada grupo folclórico sacaron a bailar al público presente.