La Santa Sede recibió ayer duras críticas de un comité de la ONU por su manejo del escándalo global de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en el interrogatorio público más intenso al que haya sido sometida acerca de las denuncias de que protegió a curas pedófilos a expensas de las víctimas.

Monseñor Charles Scicluna, el exfiscal de la curia en materia de delitos sexuales, reconoció que la Santa Sede había respondido con lentitud a la crisis, pero dijo que ahora estaba empeñada en hacerlo. Alentó a los fiscales a tomar medidas contra los que obstruyen la justicia, una insinuación de que los obispos que trasladaron a sacerdotes de una diócesis a otra para protegerlos deben responder por ello. “No digamos si es demasiado tarde o no. Pero hay ciertas cosas que se deben hacer de otra manera”, manifestó Scicluna.

El comité de la ONU lo sometió a un duro interrogatorio sobre el hecho de que la Santa Sede violó un tratado que obliga a los firmantes a tomar las medidas apropiadas para proteger a los niños. Existen denuncias de que la Iglesia, con tal de salvaguardar su reputación, permitió la violación de miles de niños al proteger a los curas pedófilos. Se insistió en el hecho de que los sacerdotes abusivos eran trasladados y no entregados a la Policía.