Creada el 10 de agosto de 1944, la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) se apresta a cumplir 70 años de vida institucional en medio de dificultades económicas que el presidente de la entidad, el escritor Raúl Pérez Torres, califica de “desesperante”.

“Es un tiempo bastante difícil, especialmente en el plano económico. En cuanto a la cultura existen nuevas perspectivas desde cuando se aprobó la nueva Constitución, al crearse el Sistema Nacional de Cultura”, manifiesta Pérez Torres.

¿Cuál es su mayor preocupación?

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He visto una cierta indolencia en el tema de cultura en el país. Se aprobó el nuevo presupuesto, pero este es igual al viejo y ese igual al del 2011. No está aprobado ni un solo centavo para inversiones y el presupuesto solo cubre gastos de personal, de administración, bienes de uso, de consumo y de transferencias corrientes.

¿La CCE, entonces, pide ayuda económica?

Así es. La situación es desesperante porque cada vez acumulamos un poco más de deudas. Incluso el 15% de aumento del presupuesto que ofreció el actual ministro de Finanzas no se concretó.

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Y pese a todos los problemas se inician las celebraciones.

Sí. El 18 de enero nos tomamos la Casa de la Cultura con eventos que indican el inicio de las celebraciones por los 70 años. De ese modo trataremos de visibilizar las actividades de los artistas.

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¿Qué pasa con la Ley de Cultura?

En cinco años no se ha tratado la Ley de Cultura en la Asamblea. Nosotros seguimos trabajando con la anterior que es una ley orgánica donde la CCE tiene su personería jurídica, autonomía económica, administrativa y con eso la libertad de trabajar de una manera positiva.

¿Ha avanzado en algo el trámite de esa ley?

Existen dos borradores aprobados: Uno de mayoría y otro de minoría y en ellos continúa reconociéndose la independencia jurídica, que para nosotros es necesario porque los proyectos culturales tienen que ser de largo aliento.

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¿Qué beneficio trae la nueva norma?

El artista siempre ha sido humillado, ofendido y no tiene seguro social. A veces llegan compañeros enfermos que no pueden comprar ni medicina y peor acceder a una atención médica. Con la nueva ley la CCE podría acoger a esos compañeros siendo su patrono. En cuanto a la manera de elegir al presidente de la CCE también habría variación; sería universal. Todos los núcleos del país participarían.