Que hombres y mujeres se comportan de manera diferente no es nada nuevo. Tampoco lo es que, en general, cada sexo parece mejor preparado para ciertas tareas: ellos tienen más habilidades motoras y se orientan mejor, ellas tienen más memoria y habilidad social.

Pero ahora, científicos de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, creen haber encontrado la base neurológica de esas diferencias.

El equipo de investigadores escaneó los cerebros de 949 personas de entre 8 y 22 años de edad (521 mujeres y 428 varones) y observó llamativas alteraciones.

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En el hombre hay más conexiones entre la parte delantera y trasera del cerebro, dentro de cada hemisferio. En las mujeres, en cambio, hay más conexiones cruzadas entre los dos hemisferios.

Estas diferencias podrían explicar por qué, en general, los hombres tienden a ser mejores para aprender y ejecutar una sola tarea, como andar en bicicleta o navegar, mientras que las mujeres están mejor preparadas para realizar varias tareas simultáneas, aseguran los autores del nuevo estudio publicado en las Actas de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.

Para este trabajo se pidió a los mismos voluntarios que realizaran una serie de pruebas cognitivas, cuyos resultados parecen apoyar esta noción.

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A las mujeres les fue mejor en atención, memoria facial y de lenguaje y conocimiento social. A los hombres, en percepción espacial y velocidad motora.

Para obtener la opinión de un experto ajeno al estudio, BBC consultó a Heidi Johansen-Berg, experta en neurociencia de la Universidad de Oxford.

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Según Johansen-Berg, el cerebro es un órgano demasiado complejo como para permitir las amplias generalizaciones.

“Sabemos que no hay algo permanente o innato en relación a las conexiones cerebrales, que pueden cambiar a lo largo de la vida en respuesta a la experiencia y al aprendizaje”.

“A menudo se utilizan sofisticadas fórmulas matemáticas para analizar y describir estas redes cerebrales. Estos métodos pueden ser útiles para identificar diferencias entre grupos, pero a veces es difícil interpretar esas diferencias en téminos biológicos”, concluyó.