Iniciar ejercicios físicos pasados los 60 años ayuda a evitar enfermedades y el desarrollo de demencia, según un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine.

El análisis siguió de cerca la actividad de 3.500 personas que estaban retiradas o por jubilarse, durante un periodo de ocho años, para conocer la influencia de los ejercicios.

Así, el estudio halló que los que realizaban actividad física de manera regular tenían tres veces más posibilidades de mantener una buena salud frente a los que llevaban una vida sedentaria.

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El ejercicio, recuerda la publicación, reduce el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes, apoplejías, depresión y alzhéimer. Además, los que hacían ejercicios tenían menos problemas para realizar actividades diarias como lavar o vestirse.

Una quinta parte de los que tomaron parte en la encuesta gozaban de buena salud, pues no sufrían de ninguna enfermedad mental crónica o problemas físicos.