Luego de pronunciar la frase: “Continúa descansando en paz y junto a la gloria de Dios”, Ciro Aguilera López, hijo del autor ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta, dejó que las aguas del Golfo de Guayaquil, que rodean a la isla Cerrito de los Morreños, se llevaran una ofrenda floral que él, y una docena más de sus familiares, trasladaron a esa comuna.

Ellos fueron parte de un homenaje que los cerreños hicieron el domingo pasado con ocasión del octogésimo aniversario de publicación de la novela Don Goyo, editada en Madrid, España, en 1933.

Aguilera Malta, considerado uno de los más importantes exponentes de la literatura ecuatoriana, desarrolló su obra Don Goyo basándose en las vivencias y el contacto que mantuvo con la población de ese caserío, cuando de muy niño (de 1918 a 1922) fue a vivir con su familia a la hacienda Las Mercedes, en la isla San Ignacio, frente a Cerrito de los Morreños.

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Cerrito de los Morreños está a 25 km. al sur de Puerto Marítimo, estuario interior central del golfo de Guayaquil.

Esta obra, aborda la historia de Don Goyo, el héroe cholo, que lucha con pasión por los ideales familiares, la conservación de los manglares y de su tierra, y a la vez cuestiona la desigualdad. El personaje está inspirado en Goyo Vera Quimí.

En el homenaje los pobladores se congregaron en la casa comunal de la isla. Allí Nicolás Aguilera Freire, primo de Aguilera Malta, conversó por largo rato con cuatro descendientes (los más añosos) de los principales personajes que se mencionan en la novela Don Goyo.

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Uno de ellos fue Rafael Lino, sobrino de Goyo Vera. Este hombre, a sus 93 años, aún recuerda las largas jornadas que su tío pasaba en Las Mercedes. “Él trabajaba allá en el campo, era mi tío, que trabajaba con los Aguilera, que eran buena gente”, conversó Lino.

El develizamiento de un retrato de Aguilera Malta y la donación de 100 ejemplares de la obra Don Goyo para el colegio de ese poblado también fueron parte del programa.