El príncipe Enrique de Inglaterra y su novia, Cressida Bonas, pasaron el fin de semana en la residencia real de Sandringham (sureste de Inglaterra), lo que ha alentado las especulaciones de una próxima boda real en el Reino Unido.

El príncipe Enrique, de 29 años, y Bonas, de 24, disfrutaron de la finca privada en solitario, sin la presencia de la reina Isabel II, ni de su esposo, el duque de Edimburgo. La pareja habría practicado caza en la zona, una de las aficiones de la realeza británica.