Desencadenante del punk rock, "piedra angular" de una generación, fuente de inspiración para muchos músicos herederos de su "rock urbano": la influencia de Lou Reed, fallecido este domingo, sobre el rock de las últimas décadas es considerable, según especialistas.

"Para mí, Lou Reed forma parte de las cuatro o cinco figuras más grandes de la historia del rock. Pero no se trata simplemente de un heredero de Elvis Presley. Es alguien que cambió por completo las cosas y abrió nuevas posibilidades", dijo el músico francés y ex cantante del grupo Kat Onoma, Rodolphe Burger, autor en 2011 del álbum de homenaje "This Is a Velvet Underground Song That I'd Like To Sing".

Figura mítica del rock, el ex líder del Velvet Underground y autor de "Walk on the wild side" o "Perfect Day", fallecido a los 71 años, irrigó el trabajo de varias generaciones de músicos, de David Bowie al francés Etienne Daho.

Publicidad

"Era un maestro", dijo este domingo David Bowie en su página de Facebook, mientras que Morissey, ex líder del grupo inglés The Smiths, destacó que "su música sobrevivirá a su época". "Las palabras y la música de Lou Reed me acompañan", confiaba por su parte Etienne Daho.

Su amplia influencia se ejerció inicialmente sobre los músicos de su generación, comenzando por David Bowie, fanático del Velvet Underground y que tras la separación del grupo produjo el álbum de Lou Reed "Transformer" en 1972, con su famosa canción "Walk on the Wild Side".

Para el periodista musical Olivier Cachin, Lou Reed fue una cantante "venenoso" que constituyó "la piedra angular de toda una generación que floreció en medio de los años 70. Toda la generación punk puede reclamarse de él".

Publicidad

"Fue el desencadenante del punk rock. No fue un estilo de música, fue la toma del poder en el rock por gente marginal", dice el periodista y escritor Michka Assayas, autor de varios libros sobre el rock. Para él, Lou Reed "prácticamente creó por si sólo un tipo de rock", "urbano" y que "describe el lado oculto de la sociedad".

De manera más amplia, Lou Reed "tuvo una influencia directa o indirecta sobre todo el rock un poco decadente de los años 70, ya sea con David Bowie, Roxy Music, Brian Eno; luego el punk, el post-punk, la new wave y hasta en el regreso del rock en los años 2000", declara Jean-Daniel Beauvallet, uno de los jefes de redacción de la revista "Les Inrockuptibles".

Publicidad

Entre las razones de esta importante herencia, varios citan el hecho de que con textos oscuros, que evocan las drogas duras, la sexualidad, la marginalidad o la dificultad de vivir, Lou Reed y el Velvet Underground, al irrumpir en plena corriente hippie del "flower power", fueron factores desencadenantes que llevaron al rock a la "edad adulta" con un primer álbum publicado en 1967.

"Fue él quien hizo realmente pasar al rock de su lado adolescente y algo despreocupado a algo mucho más oscuro", comenta Olivier Cachin. "Obligó al rock a volverse adulto", coincide Jean-Daniel Beauvallet.

Lou Reed, la voz de la miseria

"Ojalá hubiese nacido lejos de la gran ciudad, donde un hombre no puede ser libre de los demonios del lugar, ni de sí mismo y ni de los que le rodean", cantaba Lou Reed en "Heroin", tema de su mejor época creativa y la más atormentada, cuando convirtió en música las miserias de Nueva York.

La ciudad de los rascacielos, en la que nació en 1942, fue siempre una de sus grandes obsesiones, pero nunca la miró desde las alturas ni bajo las marquesinas de neón de Broadway, sino desde las sombras, poniendo el acento en aquello de lo que nadie hablaba entonces.

Publicidad

Desde "The Velvet Underground & Nico" (1967), álbum de debut junto a la emblemática banda que asentó las bases del rock independiente, Reed prestó la gravedad de su voz a temas marginales como la prostitución y las drogas, creando imágenes de extrema crudeza para la época.

"Cuando la sangre empieza a brotar, cuando se chuta la jeringa, cuando me acerco a la muerte (...), entonces no podéis ayudarme", cuenta en otra parte de la mencionada "Heroin", un alegato a favor del consumo de estupefacientes, postura de la que se arrepentiría posteriormente, ya rehabilitado de su adicción.

"Sweet Jane", la enérgica "Rock and roll", "Pale blue eyes"... son muchas las posibilidades para construirse una lista con los títulos favoritos de su repertorio.

"Walk on the wild side", probablemente el más famoso de sus temas en solitario, narraba en primera persona y de forma irónica diversos encuentros sexuales con prostitutas, chaperos y transexuales ("se afeitó las piernas y entonces él se convirtió en ella"), construyendo a la vez un recorrido por el Nueva York de la época, con visitas al teatro Apollo.

En "Berlin", le fue infiel a su ciudad natal para situar en la Alemania de los años setenta la historia de una relación sentimental tóxica. Depresión, adicción y suicidio se concitan en este opresivo álbum conceptual, en el que destacaba el áspero tema "The kids", que repetía una y otra vez cómo los servicios sociales retiraban a la protagonista la custodia de sus hijos.

"Se están llevando a sus niños por las cosas que hizo en las calles, en los callejones y en los bares (...). Esa despreciable zorra no podía rechazar a nadie", contaba.

El amor ocupó también un lugar importante en su repertorio, como contraposición y reducto de felicidad frente a un fondo oscuro. En la mente de muchos, quedará "Perfect day" como su declaración de amor favorita: "You just keep me hanging on", es decir, "es por ti que aguanto".

Cuando en los años ochenta dejó de pasear por el lado salvaje, comenzó a cultivar una vertiente musical basada más en las letras, en el concepto de poesía-canción, y produjo discos más irregulares como "Legendary hearts", "Mistrial" y "New sensations".

De finales de los años 80 cabe destacar "Dirty Blvd", una contraposición entre los ricos y los pobres de Nueva York, entre las avenidas costrosas pobladas de traficantes y hambrientos y la estrella de cine que llega en limusina a un estreno operístico en el Lincoln Center.

Philip Marlowe, Delmore Schawrtz, Raymond Chandler, William Burroughs y Hubert Selby fueron sus escritores de cabecera, los que configuraron su universo literario, pero, por encima de todos, estaba Edgar Allan Poe, "el mejor poeta de todos los tiempos" y "un genio de la exploración de la mente", solía decir.

De España, país que visitó con frecuencia, se quedaba con Miguel de Cervantes y, sobre todo, con "Lorca, Lorca, Lorca", que cuando tocaba la guitarra, "la colocaba muy cerca del corazón".