La artritis juvenil es relativamente poco frecuente, por lo que es difícil de detectar. Algunos niños pasan años sin ser diagnosticados.

Sin embargo, se estima que unos 15.000 niños y jóvenes en Reino Unido sufren la enfermedad. Lucy tiene 4 años. Desde que tenía poco más de un año, ha tenido artritis.

Al verla jugar en su jardín es posible que no se note. La artritis, una inflamación de las articulaciones, no es inmediatamente visible. Y la mayoría de la gente piensa que es una enfermedad que solo llega con la edad.

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La madre de Lucy, Jane Lyall, notó por primera vez que había un problema cuando una Navidad se disponían a decorar el árbol. “Cualquier niño normal de su edad estaría tratando de sacar las decoraciones fuera de las cajas, pero ella se sentó”.

“Pasó de ser un bebé normal y feliz a una niña que no podía mover el cuello. Sus dedos estaban hinchados. Pasó de gatear a no poder moverse”, contó la madre de Lucy.

“Mi reacción inicial (cuando fue diagnosticada con artritis) fue ‘Oh, está bien, solo tendremos que darle un poco de ibuprofeno (antiinflamatorio) y estará mejor’, sin darnos cuenta de la complejidad de la condición”, admitió.

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Lucy tuvo suerte. Le detectaron su condición a tiempo. Los remedios, incluyendo medicamentos innovadores ‘biológicos’ (que varían acorde a cada paciente), ayudaron a controlarla, y sus juguetes están especialmente diseñados para ayudar con la fisioterapia.

El ecuatoriano Carlos Ríos Acosta, especialista en reumatología, dice que él ha atendido a niños de hasta dos años con artritis idiopática o artritis reumatoidea juvenil, como la denomina el American College of Reumathology.

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En su sitio web, esta institución expone que existen cinco tipos de la enfermedad y que todos incluyen inflamación crónica (de largo plazo) de las articulaciones. Además, se indica que esta condición comienza antes de que los pacientes cumplan los 16 años, y que “ los síntomas duran de seis semanas a tres meses para que se la considere crónica”.

Ríos Acosta explica que la causa de esta condición aún se desconoce, pero anota que “se cree que hay predisposición genética que puede estar gatillada por un virus o bacterias”. Manifiesta que acudir a un especialista para un diagnóstico temprano es fundamental, incluso “porque algunos chicos debutan con dolores articulares y pueden tener leucemia. Suelen confundirse”.

Detalles

Inflamación

Al igual que en los adultos: dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones.

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Movilidad

Esta comienza a disminuir. Los niños no quieren jugar, ni salir a la calle y prefieren quedarse acostados. Además, presentan dificultad para actividades de la motricidad fina y hasta cojera.

Otros

Pérdida de apetito y de peso; fiebre persistente, letargo y negativa a usar la articulación o extremidad afectada.

1

Niño

de cada 1.000

desarrolla alguno de los cinco tipos de artritis juvenil existentes.