La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha advertido que los cigarrillos electrónicos pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo muy parecidos a los causados por los cigarrillos normales, que provocan cáncer, aunque aún no existe evidencia científica de que sean seguros a largo plazo.

Separ ha advertido en un comunicado que los llamados "e-cigarrillos", que últimamente han ganado popularidad como método para dejar de fumar, contienen sustancias idénticas a las que lleva el cigarrillo convencional y que sus efectos a largo plazo son desconocidos, por lo que son potencialmente cancerígenos.

Carlos Jiménez, director del programa de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología, explicó que tienen algunos estudios que revelan que "el vapor de estos cigarrillos podría ser tóxico para los pulmones", y se ha observado que inhalar algunas de las sustancias que contiene irrita los bronquios haciendo que disminuyan de diámetro.

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Según Separ, uno de los primeros estudios sobre los efectos a corto plazo del cigarrillo electrónico muestra que aumenta de forma inmediata la resistencia de la vía aérea y disminuye su poder conductor del aire.

Según datos de un estudio realizado en el Reino Unido, Australia, Canadá y en Estados Unidos por la revista 'American Journal of Preventive Medicine', los jóvenes son los que más consumen y más conocimiento tienen sobre los cigarrillos electrónicos.

El 79,8 % de los jóvenes encuestados informó que utilizaban el e-cigarrillo porque lo consideraban menos perjudicial que los cigarrillos tradicionales y el 85,1 % informó que lo utilizaba para el abandono del hábito.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de la dificultad en la regulación de los e-cigarrillos ya que se pueden quedar fuera del ámbito de los regímenes reguladores internos de los productos del tabaco y ha recomendado que sean regulados como medicamentos siempre que contengan nicotina.

Este producto ya ha sido prohibido en algunos países como Australia y Canadá, según Separ.

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Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que simulan un cigarrillo convencional y no emiten humo sino que atomizan una sustancia que puede contener nicotina, glicol de propileno y otros productos y esencias para dar sabor, que se vende en formato de pequeños depósitos desechables.

La Sociedad de Neumólogos ha recordado que los profesionales sanitarios no recomiendan ni aprueban los cigarrillos electrónicos ante la falta de pruebas y evidencia científica que demuestren que son seguros a largo plazo.