Los reguladores sanitarios de Estados Unidos reforzaron las advertencias en dos fármacos para tratar el cáncer, con el fin de reflejar el riesgo de que pueden reactivar el virus de la hepatitis B en pacientes afectados anteriormente con la enfermedad.

Las advertencias aplican sobre Arzerra de GlaxoSmithKline Plc , que fue aprobado en Estados Unidos en 2009 para tratar la leucemia linfocítica crónica (LLC), y Rituxan, fabricado por Roche Holding AG y Biogen Idec Inc y aprobado para tratar una serie de condiciones como el LLC, el linfoma no-Hodgkin y la artritis reumatoidea.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés) dijo que el riesgo ya está descripto en la sección de advertencias y precauciones del prospecto en ambos fármacos, pero que los casos de reactivación del virus siguen ocurriendo y que algunos pacientes murieron.

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Ahora, la información será dispuesta en forma de etiqueta negra, indicador del tipo más grave de riesgo en un medicamento en Estados Unidos.

La FDA señaló que recomienda que los médicos chequeen la infección por hepatitis B en todos los pacientes antes de iniciar el tratamiento con cualquiera de estos fármacos, y que controlen a los pacientes con antecedentes en busca de signos que puedan indicar que el virus se ha reactivado, incluso varios meses después de que la terapia haya concluido.

Las dos medicinas funcionan suprimiendo el sistema inmune del organismo, que es clave para combatir las infecciones.

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La hepatitis B es una infección grave del hígado que se puede volver crónica y provocar cáncer hepático o cirrosis, una condición que causa cicatrices permanentemente en el órgano. Se contagia por contacto con la sangre y otros fluidos corporales.
La mejor forma de prevenirla es mediante la vacunación.