Crítica de Música
Por Checo Pérez

Que una buena agrupación musical mantenga su nivel de excelencia denota profesionalismo, y eso ya es decir bastante. Batukka, acicateados por su gran aceptación del público, ambiciones artísticas y profesionales, no mantiene su nivel sino que lo supera, individual y colectivamente.

Batukka, casi convertida en la House Band, del Experimental del Teatro Centro de Arte, efectuó un recorrido por las mejores canciones del rock desde los sesenta hasta los noventa, presentes en el ranking de la Billboard.

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Y así, Bilo Albán, muy protagónico en teclados; Andrés Albán, realzando el final de cada canción en batería; Juan Molina, con pinta contracultural en bajo; Peter Castillo, en voz y guitarra; un histriónico Jairo Vargas, cantando cada vez más cómodo y seguro de sí mismo; y finalmente Marcel Jaramillo, sorprendiendo al auditorio con maestría al tocar una guitarra prima netamente sicodélica, de gran expresividad, cautivaron y sorprendieron gratamente al público.

‘25 or 6 to 4’ captó el sonido de Big Band de Chicago, inmortal agrupación en la historia del jazz-rock. De entrada, Bilo en teclados y Jaramillo tocando guitarra destacaron en minisolos, mientras Jairo llegaba al tono exacto para darle credibilidad a una de las canciones más representativas de esta agrupación. Smoke on the water canción insignia de Deep Purple y su rock tenebroso parecía hecho para el estilo del vocalista, mientras Bilo mostraba desteridad exacta en teclados e imágenes del legendario grupo aparecían al fondo.

Won’t get fooled again, con letra contestataria de The Who, referente a la rebelión juvenil en las calles, puso a brincar a un Jairo Vargas plenamente identificado, y Andrés Albán pegó su primer redoble nítido y exacto. Ya para We will Rock you y I want to break free Jairo se disfrazó de Freddie Mercury, ofreciendo una gran versión de Queen, poniendo de pie al público que, poco a poco, enloqueció con una banda que tocaba cada vez mejor.

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Peter Castillo, cantante melódico, estuvo muy bien para You may be right de Billy Joel, pero Born to be wild de Steppenwolf, requería de una vocalización truculenta como la de su cantante John Kay, a quien este cronista escuchó varias veces en vivo. Hotel California, de The Eagles, es una de las canciones mejor compuestas en el acoplamiento de letra a sonido y por lo tanto la pronunciación exacta es indispensable para lograr credibilidad artística.

Living on a Prayer, de Bon Jovi, fue lo mejor de Peter Castillo, dando espectáculo como Andrés en batería al finalizar la canción. En Miss You, de los Rolling Stones, hubo extensa improvisación, incluyendo un elocuente y conciso solo de Juan Molina en bajo, Bilo Albán imparable luciendo digitación y maniobras acrobáticas en el teclado, mientras Andrés Albán dejaba escuchar la profundidad en los pedales. Ya desatada la euforia total, September, de Earth, Wind & Fire, mezcla de disco y soul music, puso a bailar a todos, sin excepción, como debe ser en un concierto de rock.

Para We will rock you y I want to break free, Jairo se disfrazó de Freddie Mercury ofreciendo una gran versión de Queen, poniendo de pie al público que... enloqueció