Con el filme "Parkland", sobre el impacto emocional y la desorientación que provocó entre sus colaboradores el asesinato del presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, en noviembre de 1963, la Mostra de Venecia revive este domingo uno de los magnicidios que marcaron la historia del siglo XX.

La película, dirigida por el estadounidense Peter Landesman, corresponsal de guerra que incursiona por primera vez en el cine como director, compite por el León de Oro con el recuento de esa jornada, el viernes 22 de noviembre de 1963.

La cinta describe las caóticas reacciones de todos aquellos que acompañaron y recibieron al presidente herido en el Hospital Memorial de Parkland de Dallas, en Texas.

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"Cuento una verdad visceral", reconoció este domingo el realizador, que impregnó su filme de sangre, "sangre del presidente", dice, para recordar esa tragedia moderna.

Ver morir a Kennedy dejaría una huella indeleble en todos aquellos que lo vivieron personalmente, tal como ocurrió con el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en el 2001: el equipo médico que lo atendió, el jefe de los servicios secretos, el camarógrafo que con una moderna cámara de 8mm rodó la única e histórica filmación que se conserva del momento del disparo y naturalmente en su esposa, Jacqueline, quien estaba a su lado y cuyo elegante traje sastre rosado, con sombrerito redondo manchado de sangre, pasó a formar parte de la memoria colectiva de ese país.

Landesman se sirve de las imágenes del camarógrafo Abraham Zapruder, interpretado por Paul Giamatti, adquiridas en exclusiva entonces por la revista Life por 50.000 dólares y que dieron la vuelta al mundo.

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La reacción desesperada del jóven médico Jim Carrico, interpretado por el divo Zac Efron, mientras intenta salvar al presidente con un masaje cardíaco, evoca la angustia y el sentimiento de impotencia que cundió entonces en la mayor potencia mundial.

"No quería reproducir esa época, sino realizar un filme contemporáneo sobre las repercusiones de la violencia", explicó Landesman, quien filma como un cronista, mostrando hechos y reacciones heroícas frente a un hecho extraordinario, sin ofrecer interpretaciones, ni plantearse interrogantes políticos.

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"El asesinato de Kennedy necesitaba ser contado desde el punto de vista de la gente común", aseguró el realizador durante la conferencia de prensa.

"Se trata de historias de personas comunes que se convierten en héroes", explicó por su parte uno de los productores, Matt Jackson, quien junto con el actor Tom Hanks, aportaron para el proyecto.

La cinta, basada en la novela de Vincent Bugliosi "Reclaiming History: The Assassination of President John F Kennedy", cuenta también la reacción de la madre y del hermano de Lee Harvey Oswald, único inculpado por el crimen, así como su muerte en el mismo hospital ese fin de semana.

Frente a esa herida aún abierta para los estadounidenses, Landesman considera necesario analizar las razones que llevaron a Oswald a "apretar el gatillo", explicó.

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"Se habló por 50 años de la conspiración, pero no de las razones por las que Oswald disparó", sostiene el realizador, quien optó por concluir su filme, una suerte de ficción documentada, con el desolador entierro del asesino, para el cual ni siquiera el personal del cementerio quería trabajar.

Un planteamiento muy diferente al del exitoso filme de Oliver Stone, "JKF", de 1991.