Un friso maya de aproximadamente 1.400 años y calificado como “el más espectacular hasta ahora visto”, fue descubierto en un centro arqueológico al norte de Guatemala, informó el arqueólogo Francisco Estrada-Belli.

“Este es un hallazgo extraordinario que solo una vez se da en la vida de un arqueólogo”, comentó emocionado el experto guatemalteco en conferencia de prensa.

El descubrimiento se realizó en el centro arqueológico precolombino de Holmul, ubicado en el departamento de Petén, unos 600 km al norte de la capital guatemalteca y fronterizo con México y Belice.

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Estrada Belli dijo que lo encontraron en julio pasado en una pirámide maya del año 600 después de Cristo.

“El friso o relieve estucado se extiende por 8 metros de largo y 2 de alto en la parte superior del edificio rectangular, a unos 10 metros arriba de la plaza”, indicó.

Describió que “representa la imagen de dioses y gobernantes divinizados y da sus nombres. El texto dedicatorio abre una ventana sobre una fase muy importante en la historia de la época clásica”, entre el 250 y 900 de nuestra era.

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Su composición incluye tres personajes principales vistiendo ricos atavíos de plumas de quetzal y jade, sentados sobre cabezas de monstruos llamados witz. Para el arqueólogo, se trata de “una gran obra de arte que también nos proporciona mucha información sobre la función y significado del edificio, lo cual era el enfoque de nuestra investigación”, agregó.

El diario El País recogió en su sitio web declaraciones del experto Federico Fahsen, quien señaló que el friso permite identificar a dos reyes de la época. Uno de ellos, Aj Wosaaj, también aparece en un altar de otra ciudad, conocida actualmente como El Naranjo. “Esto demuestra que en esa época, aproximadamente el año 600 de nuestra era, la relación entre las diferentes ciudades era estrecha”, afirmó Fahsen, que añadió que esta relación no siempre era de “alianzas”.

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“Siempre se nos ha dicho que los mayas eran pacíficos, extremo que no es verídico. Los mayas, como cualquier civilización, eran gente que por razones geopolíticas tenían enfrentamientos constantes”, puntualiza Fahsen, quien califica estas guerras como “endémicas” y la causa última del colapso de esa civilización.

Detalló también que lo hallaron mientras buscaban una tumba localizada previamente y que “contenía los restos de un individuo”, de quien se estima pudo “haber sido un gobernante o miembro de la élite de esta ciudad”.

“Los indicios relativos a su identidad y las circunstancias históricas en las cuales vivió fueron proporcionados por el descubrimiento del friso decorativo en el edificio asociado a la tumba”, manifestó Estrada-Belli.