Desde blues, salsa, merengue, cumbia, rock hasta albazo y pasillo, la voz de Israel Maldonado se adapta con facilidad a casi cualquier estilo musical.

“Lo importante es saber distinguir la intencionalidad de cada estilo. Mi voz cambia cuando canto salsa. Tengo que cantar en otra onda diferente al blues”, cuenta el guayaquileño, quien desde su niñez demostró su versatilidad. “En el coro de la primaria era soprano uno, pero hacía todas las voces”, afirma.

Su escuela: Guayaquil City Band, un grupo de música “camaleónico”, asegura, que formó en el 2000 y con el que cantaba covers en bares de Guayaquil.

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En él vio la oportunidad de desarrollar su versatilidad. Habilidad por la que, según afirma, no necesitó de una educación formal. “Yo ya era bastante bueno en lo que hacía y no vi que ninguna escuela me ofreciera algo más”, añade Maldonado.

Su técnica: estudiar a los mejores exponentes de cada género antes de emprender algún proyecto. “Cuando quiero incursionar en algún género, compro un montón de discos de sus mejores representantes y los escucho sin parar hasta que logro entenderlos”, dice.

Un bolso con unas cuantas prendas y $ 7 conformaban el único equipaje de Israel cuando viajó a Miami en el 2003 a probar suerte en Batuca, grupo con el que un reconocido productor norteamericano quería revivir el estilo de Santana.

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El proyecto terminó por disolverse en tres meses. Algo desilusionado, Israel se trasladó a Los Ángeles, donde vivió durante siete años, en los que terminó una carrera de cine y televisión y, además, cantó blues en los bares de la ciudad.

En el 2010 regresó a Ecuador, donde emprendió tres proyectos diferentes. El primero, Chicha Power, con el que canta covers en fiestas privadas; el segundo, El Trío Fulminante, con el que interpreta pasillos y con el que en septiembre presentará su segundo disco; y el tercer proyecto, Los Sobrevivientes, una banda de rock con la que mostrará canciones propias y será “mucho más personal”. El guayaquileño incursionará también en el teatro musical.

Lo importante es saber distinguir la intencionalidad de cada estilo. Mi voz cambia. Cuando canto salsa, tengo que cantar en otra onda diferente al blues y así debo hacerlo con el resto de géneros que interpretoIsrael Maldonado, cantante