Es una joven que le gusta aprender muchas cosas y, asimismo, está en constante actividad. Ha explorado algunas ramas del arte y a todas les guarda igual cariño y compromiso de ejercerlas bien.

Es la guayaquileña Andrea Salas Pinto, de 25 años, quien obtuvo su licenciatura en Gestión de Diseño en la Universidad Santa María.

Su habilidad para pintar la fomentó su madre desde pequeña. Dice que cada vez que había un cumpleaños de algún amigo, compañero o pariente pequeño se le compraba el regalo a esa persona y también su progenitora le conseguía libros para pintar con acuarela.

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Andrea disfrutaba mucho con este obsequio que, incluso, para sus propios cumpleaños pedía que le dieran cosas afines como marcadores o pinturas. En su etapa colegial, asegura, hubo materias que no le gustaban, por lo que en esas clases se ponía a dibujar. Menciona que varios de sus trabajos los pegaba en la pared del fondo de su aula.

Pensó en estudiar Ingeniería en Sistemas, por lo que escogió como especialización Informática, pero las matemáticas no eran su fuerte y optó por seguir una carrera que involucrara el uso de la computadora: el Diseño Gráfico, que también se vincula con el arte.

Fue durante su época universitaria que retomó de forma más fuerte la pintura y aunque practicó con diversos materiales es con la acuarela que se sintió y aún está más a gusto.

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Decidió practicar la técnica de la aguada, que consiste en combinar en mayor o menor cantidad el agua con la pintura. Considera que es el rostro lo que expresa más de cómo es el ser humano por dentro, por lo que es esta parte del cuerpo la que más le gusta involucrar en su estilo pictórico.

Tiene decenas de creaciones con las caras de los vocalistas de bandas musicales. Participó en exposiciones colectivas y concursos, uno de ellos fue en junio pasado en el festival Wall People, en el que logró el primer lugar y como premio le dieron una orden para comprar materiales para pintar.

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Salas, quien es diseñadora en una empresa privada, compra con frecuencia libros de arte para nutrir sus conocimientos en el área. Hizo 10 acuarelas para ilustrar dos libros de un amigo suyo, Luis Astudillo.

Ahora está montando su estudio fotográfico y es fotógrafa de eventos. Ella, quien prefiere trabajar con música por las noches, ha hecho danza árabe, ejerció como maestra, elaboró su propia fan page (Caracola Estudio) y practica canto.

En cinco años se visiona cursando en Perú un diplomado en gestión cultural.