Cleopatra, el filme que casi lleva a la quiebra a la 20th Century Fox y que vio nacer el flechazo entre Elizabeth Taylor y Richard Burton, cumple hoy 50 años desde su estreno en los Estados Unidos.

Ganadora de cuatro premios Óscar –dirección artística, fotografía, diseño de vestuario y efectos visuales– y candidata a otros cinco –actor (Rex Harrison), montaje, banda sonora original, sonido y mejor película–, el largometraje contó con un presupuesto de 44 millones de dólares, equivalentes a lo que serían unos 330 millones en la actualidad.

Al final, la recaudación en la taquilla mundial de este “espectáculo de espectáculos” fue de unos 71 millones de dólares, pero para entonces Fox, que con Taylor se convirtió en el primer estudio en firmar un contrato de un millón de dólares a una estrella de Hollywood, ya había vivido todo un infierno de adversidades.

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La preproducción arrancó en el verano de 1960, en los estudios Pinewood, cerca de Londres. El director artístico, John DeCuir, comenzó a construir los exóticos platós que habían enamorado a los ejecutivos del estudio meses atrás, pero tras la renuncia del director Rouben Mamoulian y la neumonía de Taylor, el rodaje se trasladó a Roma en busca de un clima que no afectara la recuperación de la actriz.

La filmación, ya con Joseph L. Mankiewicz al frente, aunque con las bajas de Peter Finch como Julio César y Stephen Boyd como Marco Antonio, quienes tenían otros compromisos en sus agendas, se retomó en los estudios Cinecitt con Rex Harrison y Richard Burton en su lugar.

La grabación se alargó por dos años y medio y Mankiewicz entregó una versión de seis horas, pero el estudio obligó a que se redujera hasta los 192 minutos, pese a la petición del cineasta de que se lanzaran dos partes: Caesar and Cleopatra y Antony and Cleopatra.

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El escándalo originado por el romance entre Taylor y Burton, que acabó con sus respectivos matrimonios, se recuerda hoy tanto como las joyas de Bulgari que lució la actriz en la cinta.

 

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Extravagancias: Costoso vestuario
Vestidos

Taylor lució en la cinta 65 vestidos diferentes, incluido uno confeccionado con piezas de oro de 24 quilates, el de su entrada a Roma.

Presupuesto
Solo para las prendas de la actriz se necesitaron 200.000 dólares de la época.