La princesa Magdalena, hija menor del rey de Suecia, se casó el sábado con el financiero británico-estadounidense Christopher O'Neill, en una ceremonia en la que participaron 500 invitados, incluyendo miembros de familias reales de Europa y Japón.

Una multitud se reunió ante el palacio real y estalló en una ovación cuando los recién casados se besaron tres veces, poco antes de partir hacia el castillo de Drottningholm, donde estaba previsto un banquete.

La ceremonia, realizada en la capilla luterana del palacio, fue conducida en sueco y en inglés, y acompañada, entre otros, por la princesa Charlene de Mónaco, la princesa Tamako de Japón, y príncipe británico Eduardo.

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La joven, que cumple 31 años el lunes próximo, es la tercera hija del rey Carlos Gustavo y de la reina Silvia. La princesa Magdalena conoció a su novio en Nueva York, donde era voluntaria para la asociación caritativa World Childhood Foundation, fundada por su madre.

O'Neill declinó adoptar un título real, ya que ello requeriría convertirse en ciudadano sueco y renunciar a su trabajo como asociado y analista de Noster Capital, una empresa de inversiones.

La buena temperatura -25 grados- y el sol sobre la capital sueca propiciaron la presencia de centenares de ciudadanos ante la capilla para seguir la llegada de los invitados y ver a Magdalena, que llevó un traje de Valentino.

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La noche anterior tuvo lugar un banquete en presencia de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, así como Victoria y Daniel y el único hijo varón de la casa real, Carlos Felipe, y su novia, Sofia Helqvist.

El flamante marido de la princesa Magdalena se convirtió en el centro de una áspera polémica en noviembre cuando hizo un gesto obsceno a un fotógrafo, y la prensa sueca pasó a cuestionarse si podía aspirar a casarse con la princesa, cuarta en la línea de sucesión al trono.

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Magdalena suscita menos afecto entre los ciudadanos que su hermana Victoria.

Hace unos 10 años, los tabloides llamaban a Magdalena "la princesa juerguista", tras haber sido fotografiada en discotecas de moda en Estocolmo.

Magdalena debía inicialmente casarse en 2010 con un abogado que se habría convertido en príncipe, pero el noviazgo se rompió, según la prensa sueca debido a supuestas infidelidades del novio.

Los chismes principescos
La presencia de Charlene de Mónaco sola, oficialmente porque su esposo Alberto estaba en una fiesta de un club náutico en su principado, acaparó los comentarios apuntando a una eventual crisis en la pareja.

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Se da el caso de que Alberto acudió asimismo solo a la ceremonia de entronación como reyes de Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, lo que desató algunos rumores.

La otra fuente de comentarios fue la novia de Carlos Felipe, una actriz con cierto pasado erótico, lo que no impedirá que en breve se anuncie, según todos los indicios, la fecha de la que sería la siguiente boda real en Estocolmo.

La máxima presencia, en lo que respecta a familias reales europeas, procede de Noruega y Dinamarca, mientras que no acudieron representantes de la casa real española ni tampoco de la holandesa.