Todos en algún momento de la vida sentimos dolor, angustia o que nada  tiene sentido. Pero ojo, ten cuidado con estas emociones, pues podrían ser el origen de un deseo creciente de autoeliminación.
En toda Latinoamérica las tasas de suicidio han crecido, sobre todo en los adolescentes.

El psiquiatra chileno y experto en el tema, Alejandro Gómez Chamorro, alerta que el riesgo de suicidio está presente  en todos los hogares, pero aún más en aquellos donde abundan los conflictos familiares.

La buena noticia es que puede ser detectado por cualquier persona. Tú mismo podrías darte cuenta del riesgo en un amigo, en tus padres u otro familiar si este comunica sus intenciones.

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“Si existe el riesgo en una familia, quien lo detecta debe incrementar la cercanía con esta persona a través de la conversación”, explica  Gómez.

Este diálogo no debe juzgar sino ir abriendo la comunicación, de tal manera que la víctima pueda explicar abiertamente lo que le pasa. Luego hay que buscar apoyo profesional o espiritual.
Según Gómez, siempre hay alguien en la familia que aunque, no es tan cercano, tiene ese don para llegar a los demás y generar confianza con sus palabras.

En los niños, dice el galeno, las ideas suicidas pueden percibirse después de los 14 años.
“En estos casos tiene que ver mucho la familia, que es muy importante para el adolescente. A pesar de que los jóvenes vivan peleando con sus padres, los necesitan bastante”, menciona el galeno.
Otro factor que hoy influye mucho es el  bulliyng, así como el abuso sexual.

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Gómez enfatiza que una persona no toma la decisión de quitarse la vida de la noche a la mañana. “Siempre hay enfermedades psiquiátricas, como depresión o trastornos del ánimo, que pueden tratarse a tiempo y así evitaríamos tragedias”.