Sesenta años después de su coronación, la reina Isabel II junto a su familia y a 2.000 invitados asistieron el pasado martes a una misa solemne conmemorativa en la Abadía de Westminster, donde se realizó la ceremonia original en 1953.
Isabel II ascendió al trono el 6 de febrero de 1952, a la edad de 25 años, tras la muerte de su padre Jorge VI, pero el luto y los preparativos obligaron a posponer 16 meses el milenario ritual de la coronación, que se llevó a cabo el 2 de junio de 1953. Si aquel día la lluvia arreció en Londres, un sol radiante marcó el martes la principal celebración de este aniversario, mucho más modesta que los fastos organizados el año pasado con ocasión del Jubileo de Diamante.
La reina de 87 años, que llevaba un abrigo-vestido de satén de seda brocado de color perla con sombrero a juego, se sentó en un trono en primera fila al lado de su marido, el príncipe Felipe, de 91 años, presente pese a que la víspera tuvo que cancelar un compromiso porque no se sentía bien.
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La acompañaban sus cuatro hijos, encabezados por el príncipe Carlos –el heredero– y sus nietos, aunque la que acaparó todas las miradas fue la esposa del príncipe Guillermo, Catalina, quien espera su primer hijo para julio y lució su prominente barriga con un vestido de encaje bajo una chaqueta de shantung de seda abierta de color melocotón claro.
El símbolo por excelencia, la majestuosa corona oficial de san Eduardo utilizada en todas las coronaciones desde varios siglos, yacía sobre el altar mayor del imponente templo gótico. La joya de oro macizo de 2,2 kg, ornada con diamantes y otras piedras preciosas, fue trasladada en secreto y bajo un férreo dispositivo de seguridad desde la Torre de Londres, de donde no había vuelto a salir en seis décadas.
A su lado podía verse también la ampolla de cristal con el aceite con el que la monarca fue ungida en el momento más sagrado de su coronación, introducida en la catedral por once ciudadanos representativos de la sociedad británica.
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Tras la ceremonia, la reina, el duque de Edimburgo y sus hijos celebraron un almuerzo privado con un centenar de invitados en una de las dependencias de este templo íntimamente ligado a la monarquía, en los buenos momentos y en los malos.
Las celebraciones del sexagésimo aniversario continuarán en julio con un festival de cuatro días en los jardines del palacio de Buckingham, que incluirá música, teatro, danza y gastronomía.
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Isabel II, la segunda monarca que más tiempo ha ocupado el trono británico, aspira todavía a batir el récord de su tatarabuela la reina Victoria, que reinó durante más de 63 años (1837-1901), lo que podría lograr en septiembre del 2015.