De cómo moría y resucitaba Lázaro, el lazarillo es una obra teatral escrita por el dramaturgo argentino radicado en Ecuador Arístides Vargas, basada en la novela El Lazarillo de Tormes, perteneciente a la picaresca del siglo XVI.

Concebida como un unipersonal originalmente, la pieza de Vargas ha tenido varias vidas en el escenario. Y ahora, en la sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar, puede verse una versión que de ella han hecho los actores Itzel Cuevas, Alejandro Fajardo y Jorge Velarde, bajo la dirección de Gerson Guerra, del grupo teatral Malayerba, y la producción de Jaime Tamariz, de Daemon.

Es un trabajo escénico que une a gente diversa, que confluye en un interés particular, su pasión por el teatro. La obra tiene como eje una mirada a la pobreza. Pero no solo la material, esa que es visible, sino también la espiritual, esa que a veces se enmascara. Y es, a la vez, una reflexión sobre el poder, en todas sus manifestaciones; porque este, como señalaba Itzel Cuevas luego de la función de preestreno, no se da solo en los grandes aspectos, sino incluso en los mínimos. Siempre hay alguien que detenta un poder. Y un otro subyugado.

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La escenografía se constituye en un cerro de llantas de carros en desuso, que remite a pobreza y abandono y crea un clima propicio para lo que se narra: la historia de Lázaro abandonado tempranamente, sus avatares para sobrevivir en la calle, en medio de la miseria y la mendicidad, y su encuentro con sus redentores, que a la vez son sus explotadores.

Los actores encarnan a diversos personajes. De manera que a veces son Lázaro y otras los mendigos que explotan a sus semejantes, papeles reservados para Fajardo y Velarde. O, en el caso de Cuevas, la madre que abandona a su hijo, o la religiosa que tras ese manto de piedad esconde miseria espiritual. Así, poco a poco dentro de la obra, cada uno de los actores tiene momentos protagónicos claves.

Es una obra fuerte y confrontadora, que en medio de esa dureza argumental reserva instantes hilarantes. Espacios para el humor, a lo que se suma el trabajo corporal de los actores, quienes pese a sus distintas experiencias, incluso edades (para Jorge Velarde, hijo del pintor guayaquileño Jorge Velarde, este es su primer trabajo escénico profesional), construyen un logrado engranaje.

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Funciones
La obra De cómo moría y resucitaba Lázaro, el lazarillo, se presenta hoy, a las 20:00, y mañana, a las 19:00, en la sala Zaruma del TSA (km 1,5 de la avenida Samborondón).

La entrada cuesta $ 15.

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