La utilización de algas es muy común en la gastronomía en Asia, especialmente en la cocina japonesa, donde son omnipresentes en sopas, ensaladas y en los sushis, desde el wakame de la sopa de miso al nori usado para enrolar los makis. Pero para “el bretón medio, que no conoce muy bien las algas sobre las cuales camina, es algo muy desconocido todavía”, explicó André Berthou, un productor que cultiva en Bretaña, oeste de Francia.

Para Xavier Terlet, especialista en innovación en la industria agroalimentaria de la consultora XTC Innovation, “el alga está saliendo del gueto al cual estaba confinada en un principio”. Agrega que “el recurso es abundante”, y que los productos elaborados con algas son sabrosos y los consumidores cada vez buscan más productos que sean “buenos para la salud”. Además, estos organismos marinos responden perfectamente al modelo de la cocina francesa, “muy culinario, muy centrado en el placer y muy gastronómico”, dijo el experto, quien apuntó que otros productos como los insectos, por ejemplo, “no funcionan” en Francia. (I)