Pregúntenle a Cesare Cecchi lo que piensa del brexit y arrugará la nariz como si estuviera abriendo una botella avinagrada de su Chianti clásico, uno de los vinos que produce en la Toscana, centro-norte del país italiano.

“Estamos todos muy preocupados porque la situación es incierta” tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), confesó el representante de una de las dinastías del vino más famosas en el mundo.

Cecchi manifiesta el sentimiento de muchos productores, los cuales se citaron esta semana en Verona (noreste de Italia) con motivo de Vinitaly, la mayor feria de vino de la Península.

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Una cita en la que la palabra brexit suele ser el centro de las conversaciones de miles de productores y amantes del vino presentes en los 4.000 estands de la feria.

Un mes después de la decisión de la primera ministra británica, Theresa May, de anunciar el divorcio oficial entre el Reino Unido y la Unión Europea, Alex Canneti, director de la firma de importaciones de Londres Berkman Wine Cellars, tampoco oculta sus preocupaciones.

El mayor temor es que los vinos, y la gastronomía en general, sean rehenes de las negociaciones entre Londres y Bruselas. La pasión de los británicos por el vino tinto y el blanco no tiende a apagarse, por lo que el Reino Unido es uno de los principales mercados para los productores franceses e italianos, después de Estados Unidos. Las importaciones de vino proveniente de la UE a Gran Bretaña alcanzaron en el 2016 a un monto de 2.600 millones de euros. (I)