El boicot de anunciantes publicitarios a Google y su filial de video YouTube tendrá poco impacto en el corazón de las finanzas del gigante de internet estadounidense, pero podría cuestionar ciertas prácticas en el mercado.

La polémica estalló la semana pasada cuando el diario Times publicó un artículo señalando que la publicidad en línea de grandes empresas e instituciones del Gobierno británico aparecían, en particular en YouTube, junto a contenidos antisemitas, incitando al odio.

La firma británica Havas reaccionó suspendiendo la publicidad de sus clientes en varias plataformas de Google, incluida YouTube. Otros anunciantes, como el Gobierno británico y medios como The Guardian y la BBC tomaron la misma decisión.

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La publicidad en internet es el principal motor del crecimiento del gigante de tecnología Google. (I)