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La fiesta de la quinceañera estaba llena de festividad y ritualidad, y era un evento importante que las niñas ansiaban por años.
Estampas porteñas: La peña Rincón Folclórico
Similar a las bolsas para hielo y agua caliente, el bidé y el irrigador fueron instrumentos indispensables del botiquín hogareño en Guayaquil para complementar tareas preventivas o para atender repentinos problemas de salud de la familia.
Brindar serenata o ‘sereno’ es una costumbre muy arraigada en los guayaquileños, que la ponen en práctica cuando desean congratular musicalmente a novias, familiares y amigos con motivo de sus cumpleaños, onomásticos y cualquier otra celebración especial.
La ciruela es una fruta bastante arraigada a la memoria y las costumbres del vecindario guayaquileño.
Es un prestigioso establecimiento que va por los 60 años de atención a los guayaquileños, que reconocen el profesionalismo y buen servicio que les brinda amparado en el eslogan ‘La botica que nunca duerme’.
Por el mismo hecho de ser habitantes de una ciudad cosmopolita, tal como lo cantara el poeta Pablo Hanníbal Vela, muchos guayaquileños aún conservan y utilizan en su lenguaje cotidiano numerosas locuciones nacidas en su terruño.
Estas salas cinematográficas marcaron una época en la emblemática urbanización o ciudadela Urdesa, que tomó total impulso en la segunda mitad del siglo XX.
Los caramancheleros, cajoneros o buhoneros, es decir, quienes en pequeños puestos fijos o ambulantes emprenden actividad comercial al ofrecer al transeúnte productos de consumo masivo, casos de peinillas, peinetas, agujas, alfileres, hilos, invisibles, pilas, pasadores o cordones de calzado, elástico y un largo etcétera, están plenamente identificados con la memoria de la ciudad y gozan del respeto de sus conciudadanos por su trabajo diario.
Esta ocupación u oficio que mucha gente evita mencionarla, también se encuentra ligada con la historia urbana guayaquileña y es imposible que pase inadvertida cuando se emprende en el rescate integral de la memoria de la ciudad-puerto.
Estampas porteñas: Los sabrosos maduros
Esta popular preparación que fue ‘bebida espirituosa’ de consumo fugaz entre mucha gente, cuya juventud los sorprendió en las últimas cuatro décadas del siglo XX y la primera del XXI que ya quedó atrás, motiva remembranzas.
Hoy recordamos el natalicio en 1935 de Julio Jaramillo, sobresaliente intérprete de música nacional e internacional que dio el país, y celebramos el Día del Pasillo Ecuatoriano.
El servicio de las garitas también se extendía con la venta del diésel a las lanchas y motonaves que hacían viajes a poblaciones del Guayas, Los Ríos y El Oro.
El conocido emprendimiento de los guayaquileños y de quienes al afincarse en esta ciudad lo aprendieron para ganar honestamente el sustento diario, determinó que algunas familias optaran por la venta ambulante de la ‘limonada’ (jugo de limón, agua, azúcar y hielo).
Estampas porteñas: Los pregoneros guayacos
La presencia de los vendedores de globos inflados suele otorgar un tono romántico y festivo al paisaje urbano.
Estampas porteñas: El café-galería Barricaña
Fue un prestigioso y concurrido centro de esparcimiento dedicado a las familias porteñas, que funcionó durante varios años de la década del 80 del siglo XX en un acogedor edificio ubicado en las calles Los Ríos 920 y Hurtado.
De entre los sanos espectáculos y actos masivos de diversión en los que habitualmente participó el vecindario guayaquileño durante las décadas del siglo XX, estuvieron las quermeses dominicales.