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El rey Felipe I se convirtió el domingo pasado en el séptimo monarca de Bélgica, tras la abdicación de su padre, Alberto. Luego de asumir la corona, el rey celebró con la reina Mathilde y demostró su afecto.
Los últimos actos de Alberto II como rey coinciden con los preparativos de la abdicación, que por tradición belga no incluirá grandes fastos ni invitados de otras casas reales.