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Las elecciones de esta semana han otorgado al presidente sirio un cuarto mandato de siete años, que, de acuerdo con la Constitución, deberá ser el último.
Bashar Al Asad gobierna el país desde hace 21 años.
Los resultados no se esperan antes de 48 horas.
Los comicios son rechazados por la oposición, la ONU y una serie de países y se espera que Bashar Al Asad, en el poder desde la muerte de su padre en el 2000,
Unas 900.000 personas, entre ellas más de 500.000 niños, han huido de la región de Idlib, azotada por los bombardeos, la mayoría del régimen de Bashar al Asad, que busca el control de la zona.
Este éxodo es uno de los más importantes desde que empezó el conflicto sirio en 2011, que ha lanzado al exilio a más de la mitad de la población que antes de la guerra era de 20 millones de habitantes.
El conflicto desplazó o envió al exilio a unos 13 millones de sirios, causando miles de millones de dólares en destrucción.
Entre ellos había 33.000 personas con el estatuto de refugiado que otorga la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Desde fines de abril, los bombardeos de la aviación siria y rusa causaron la muerte de unos 900 civiles en Idlib, según el OSDH.
A una niña de año y medio le amputaron una pierna, su padre y un hermano murieron, mientras su madre estaba en cuidados intensivos con lesiones y una hemorragia interna en la cabeza. Ellos son parte de las víctimas.
Las tropas del presidente Bashar Assad no han logrado hacer avances significativos contra los rebeldes en una guerra que lleva nueve años.
Ataques ‘brutales’ del gobierno de Al Asad y de fuerzas rusas no cesan desde fines de abril y suman cerca de 300 civiles muertos, según activistas.
La provincia de Idlib y zonas en las provincias vecinas son el escenario desde finales de abril de enfrentamientos entre las fuerzas favorables al régimen y grupos yihadistas.
Las fuerzas del Gobierno sirio ampliaron su ofensiva terrestre en el noroeste del país y avanzaban ayer hacia el último baluarte rebelde, dijeron activistas y medios locales, a pesar de los llamados a respetar el cese del fuego implementado en septiembre.
La provincia de Idlib y los territorios insurgentes colindantes siguen en manos de los yihadistas de Hayat Tahrir Al Sham (HTS, una exrama de Al Qaida), y el régimen trata de recuperarlos con intensos bombardeos desde hace meses.
El Gobierno sirio promete recuperar la zona actualmente ocupada por Israel. Estados Unidos reconoció la soberanía del Estado judío sobre un territorio conquistado en una guerra.
Sudamérica se alista para un Gobierno de ultraderecha, en Brasil; el mundo vio el apretón de manos entre los líderes de Corea del Norte y Estados Unidos; y escandalizó la muerte del periodista Jamal Khashoggi en la embajada saudí en Estambul.
Según Rami Abdel Rahman, director del OSDH, "18.096 personas murieron en ataques rusos en Siria entre septiembre de 2015 y septiembre de 2018, incluidos 7.988 civiles, un 44% del balance total".
El ministro de Relaciones Exteriores francés Jean-Yves Le Drian advirtió que la región alrededor de Siria corre el riesgo de vivir una “guerra perpetua” si el país no logra un acuerdo de paz.
Los combates causaron 11 muertos y dos heridos entre las fuerzas del régimen de Bashar al Asad.