Un reciente informe del Foro Económico Mundial señala que la brecha salarial entre hombres y mujeres se cerrará en 170 años si continúan las tendencias actuales. Ningún país ha cerrado la brecha, pero los cinco que tienen menor índice de disparidad son Islandia, Finlandia, Noruega, Suecia y Ruanda. El tema es importante no solo porque es un hecho de justicia que a igual trabajo igual salario, con independencia del sexo del trabajador, sino porque esa disparidad tiene relación directa con la violación de algunos derechos de las mujeres y con su propia seguridad y subsistencia.

No son pocos los casos de violencia doméstica en los que la mujer soporta y no denuncia porque del agresor depende la manutención propia y la de sus hijos, ya que aunque trabaje, su salario no es suficiente, en la mayoría de los casos son ingresos marginales o complementarios.

Aunque ciertamente se nota un cambio, el proceso es lento y aún es común que frente a las mismas funciones se considere inferior el salario de las mujeres, incluso en las áreas gerenciales.

Si queremos que la igualdad de hombre y mujer sea más que un discurso, es necesario empezar por la justicia salarial. (O)