Guayaquil es un pujante puerto que resume la esencia de la ecuatorianidad. Un puerto en el que, en algún momento de nuestra vida, acoderamos llenos de esperanzas, proyecciones, aspiraciones. Sueños.

Y como ciudad puerto ha sido el crisol donde se han fundido sueños y consolidado realidades. Ha sido la vanguardia en muchos campos: el económico, el político, el deportivo, el tecnológico. Y hoy quiero referirme a los sueños que toman forma de alas, se elevan por los aires y nos hacen creer más en nosotros mismos.

¿Sabía usted, estimado lector, que el inicio de la aviación en nuestro territorio fue en el año 1911? Que el primer avión adquirido especialmente para nuestros cielos llegó el 29 de septiembre de 1913 al Club Guayas de Tiro y Aviación, y fue bautizado con el nombre Patria. Que el primer espacio acondicionado como “campo de aviación” estuvo ubicado en Eloy Alfaro, Durán.

Que con el arribo, el 9 de agosto de 1920, del biplano Telégrafo 1 se abriría posteriormente la ruta aérea que remontara por primera vez los Andes entre Guayaquil y Cuenca el 4 de noviembre del mismo año, a propósito del primer centenario de la independencia de la capital azuaya. Este hito de la aviación ecuatoriana se completó luego con los vuelos entre Cuenca y Riobamba y, finalmente, Riobamba-Quito.

Sí, Guayaquil y los guayaquileños han marcado hitos de la ciudad puerto, ciudad de aguas. Y hoy ciudad con alas.

Aquella vanguardia también está marcando la senda de una actividad relativamente nueva en el país, pero que en el mundo entero se presenta como la de mayor crecimiento y difusión entre los novatos amantes de los cielos: me refiero al vuelo libre en parapente.

Y precisamente Guayaquil posee la que podría considerarse como la mejor zona de vuelo por las condiciones geográficas, climatológicas y de acceso a la logística que los pilotos de alto nivel demandan. El sitio se denomina Bototillo, está ubicado en el kilómetro 14,5 de la vía a la costa.

Es frecuente allí observar coloridas velas sobrevolando esta zona. Arriesgados pilotos lanzándose hacia la provincia de Manabí en la modalidad cross country. Seguros biplazas ofertando un vuelo seguro a quienes deseen aventurarse por los cálidos y lascivos cielos porteños.

Aquí, la última semana de este mes, se realizará una competencia nacional en la que el lector podrá tomar las evidencias de lo que más arriba se sostiene. Pero este no es el hito que está por marcar un capítulo más de la historia deportiva del vuelo libre: el proyecto estrella está previsto para el 2017, cuando en este sector se realice por primera ocasión una copa mundial de parapente, evento que reunirá a lo más experimentado, a nivel mundial, de los cultores de este deporte diferente e intrépido.

Un grupo de soñadores lleva adelante ya el proyecto, y es el momento oportuno para que tanto las entidades gubernamentales nacionales –Ministerio del Deporte– como los administradores locales confirmen su compromiso con esta iniciativa que requiere de la unión de todos.

Así, Guayaquil de fiestas y festiva, tendrá un motivo más para seguir celebrando. Y avanzando como ese puerto comercial, pero también de grandes y elevados sueños. (O)