Ayer, en varios países se realizaron actos destinados a hacer conciencia de los derechos de las niñas y de los problemas que confrontan en todo el mundo, pues se conmemoraba el Día de la Niña, que este año hizo énfasis en la necesidad de la igualdad.

Se pusieron en evidencia las desventajas y la discriminación que pesan diariamente sobre las niñas y las adolescentes, y se visibilizaron los avances legislativos y las políticas públicas.

Sin embargo, y reconociendo todo el trabajo que se hace para derribar las barreras y las dificultades que afectan al desarrollo físico y emocional de las niñas, es necesario enfatizar que todo eso no es suficiente si no hay la vivencia del respeto a los derechos de las niñas en la vida cotidiana, en la escuela, en la familia, en los juegos.

Es allí donde se aprende que hombres y mujeres somos iguales en dignidad y derechos y que en la construcción de la sociedad nos corresponde igual participación y responsabilidad. Solo así desaparecerán los prejuicios y dificultades para que las niñas crezcan con clara conciencia de sus derechos. (O)