El contraste no podía ser más evidente y claro: mientras toda la mesa directiva de Alianza PAIS vestía camisas verde flex, los colores de la organización desde su nacimiento en el 2006, el flamante candidato a la Presidencia, Lenin Moreno, llevaba camisa blanca. El martes de la semana pasada, en la concentración que lo recibió a su llegada de Europa, la misma historia: las organizaciones sociales que apoyan su candidatura flameaban banderas blancas, no verde flex.

Ha empezado la operación Lenin Moreno para diferenciarse de Rafael Correa y producir el espacio donde pueda ser él mismo, con una identidad política propia, más allá de la sombra espectral y vigilante del caudillo. La operación es también un saludable adiós a Correa. Verlo en segunda fila en el estadio del Aucas fue el primer gesto del relevo. Por lo pronto, matizar los colores, mezclarlos, diluir hasta donde sea posible y aconsejable el verde flex, pero también abandonar el discurso polarizante, populista, de amigos y enemigos, con el cual operó la revolución ciudadana durante diez años, forma parte de la operación. Moreno habló, a su llegada a Quito, de diálogo, concertación y consenso. Adiós al elogio del conflicto como soporte de la construcción democrática. A lo anterior se añade dejar de lado a los asesores y publicistas tradicionales de la revolución ciudadana y crear un equipo propio de consejeros y estrategas. Poderoso, complejo y arriesgado mensaje inicial de campaña: descorreizar su imagen, la del movimiento y la del proyecto, a pesar del compañero de fórmula que lleva a cuestas y que será una pesada carga durante la campaña. Con Glas vienen el aparato, la exigencia de lealtad a Correa, la presión a favor del continuismo y la protección de todos los allegados.

La pregunta, sin embargo, es ¿hacia dónde llevará el giro poscorreísta Lenin Moreno? O quizá más preciso todavía: ¿quién es Lenin Moreno? El amable y cordial exvicepresidente es un misterio ideológico y político. Como vicepresidente aupó el autoritarismo de Correa, pero en conversaciones privadas expresaba su desacuerdo frente a una serie de políticas, entre ellas, la pugna con los medios de comunicación. ¿Cuáles son las convicciones ideológicas de Moreno? Más allá de sus reflexiones sobre la vida, el humor, la amabilidad, la física cuántica, algunas de ellas sugestivas, es muy poco lo que se le ha escuchado. ¿Estamos frente a un liberal, conservador, socialista del siglo XXI, nacionalista, populista, alfarista, bolivariano? En sus intervenciones de estos días ha dado muy pocas referencias de sus principios y valores políticos. ¿Cómo darse una identidad sin construir un discurso consistente sobre el Estado?

Al parecer, Moreno llega con un capital político propio que se suma al del movimiento. Vamos a ver qué tan sólido es su capital para labrarse una identidad, cuánto la militancia verde flex está dispuesta a alejarse de Correa y militar con el nuevo candidato. Por lo pronto, unos primeros pasos de diferenciación en medio de un gesto horrible de abuso de recursos estatales. ¿Cómo así, a cuenta de qué, los canales públicos transmitieron durante tres horas continuas el acto de proclamación de Lenin Moreno? La honestidad en el manejo de lo público, la transparencia, también tendrá que ser parte de la operación Lenin Moreno. (O)