Reflexiones y propuestas

El título fue una de las preguntas planteadas por Gerardo Caetano en un debate organizado por la Fundación Friedrich Ebert y la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas. La revista Nueva Sociedad lo incluirá en su edición 245, que circulará el 1 de junio, con su autorización les presentamos un fragmento de las respuestas de Luis Inácio Lula Da Silva, expresidente de Brasil, y de José Mujica, presidente de Uruguay.

José Mujica: Yo espero que para ese tiempo tengamos una América Latina bastante más adulta, seguramente con muchísimos problemas, va a ser el continente más envidiado del mundo porque América Latina es un emporio de recursos de carácter estratégico para la vida humana arriba de la Tierra. Tener abundancia de agua no es poca cosa. También en economía hay que bajar a los fundamentos. No solo se vive con servicios, a pesar de que yo sé que los servicios son fundamentales en la actualidad desde el punto de vista ocupacional, pero debajo de los servicios tiene que haber una economía real que ayude a vivir. América Latina tiene esas potencialidades. Pienso que va a tener un déficit grande de población técnica que la va a precisar, corre el peligro de depender demasiado de la inteligencia extracontinental. Pienso que las organizaciones sociales necesitan el apoyo de los gobiernos en materia de sembrar cultura y conocimiento. No se va a poder vivir sin que exista la organización del reclamo y de la protesta y esa es la función organizada de los sindicatos. Necesitan introducir un grado de formación cultural y de conocimiento que desgraciadamente la sociedad no los ha volcado, ha dado en el mejor de los casos licencia sindical, pero no se ha preocupado de dar cultura y conocimiento. Es enorme la responsabilidad que tiene la organización del reclamo y de la protesta. Habrá que discutir las 8 horas de nuevo, porque esta humanidad está dispuesta a conseguir 4 o 5 horas de trabajo, pero trabajar en tres lugares. En definitiva, pobres son los que quieren mucho, a los que no les alcanza nada y tienen que gastar toda la vida trabajando, trabajando, trabajando hasta que revienten y pagando cuotas.

Luis Inácio Lula Da Silva
¿Qué espero para América Latina en los próximos quince años? Si nosotros fuimos capaces de hacer lo que hicimos en Brasil en ocho años, en ocho años más cuánto más podremos hacer todavía en América Latina. En quince años podremos haber reducido la pobreza, la mortalidad infantil, haber aumentado el poder adquisitivo del pueblo, haber mejorado la educación en todos sus niveles y al mismo tiempo en los próximos quince años vamos a aprender a dar valor a lo que tenemos. Yo no estoy en contra de la inversión en alta tecnología o de la inversión para la exportación de productos manufacturados, hay gente a la que le da vergüenza decir que su país exporta commodities, era malo exportar commodities cuando ellos no valían nada, mas ahora que los commodities tienen un buen precio y que hay más chinos, africanos, latinoamericanos comiendo, los commodities, principalmente los agrícolas, no son más algo secundario, sino muy importante. Tenemos que aprender a dar valor a los productos que exportamos. ¿Por qué los chips tienen que ser caros y una tonelada de soya tiene que ser barata? Por eso tenemos que cambiar la correlación en el mundo del comercio y dar más importancia a nuestros productos, porque mientras más coma el mundo, quien más producirá alimentos será América Latina y África, quienes tienen minerales son África y América Latina, y tenemos un potencial extraordinario. Solamente en América del Sur tenemos un potencial de energía hídrica de 260.000 megavatios. En América del Sur todavía no hemos explotado ni siquiera el 40% del potencial hídrico para la producción de energía. Cuando hablo de integración, estoy hablando, por ejemplo, de un instituto que existe ahora, que hace lo que yo no pude hacer en mi gobierno, ya hicimos una reunión con el movimiento social, con intelectuales y vamos a hacerla con los empresarios para ver si podemos construir la doctrina sobre la integración y dar respuesta a todas esas preocupaciones. ¿Por qué hemos tardado tanto en hacer cosas, por qué tenemos tanto miedo de nosotros mismos, por qué Brasil no abre sus puertas a Bolivia, cuál es el problema de que el pueblo circule si el capital circula, las empresas circulan?

Nosotros vivimos en un mundo globalizado y eso es irreversible, pero ese mundo globalizado necesita una gobernanza, un gobierno global. Si las instituciones multilaterales que existen hoy siguen siendo tan frágiles, cualquier crisis puede generar problemas enormes por falta de decisiones y yo digo que la ONU hoy no representa nada. La ONU en 1940 tuvo el coraje de construir el estado de Israel, hoy no tiene ese mismo coraje para permitir que el tratado hecho por ella misma se cumpla, ni siquiera para resolver una guerra en África. Por eso creo que necesitamos un gobierno global con la representatividad de todos los continentes y que tenga instituciones que deliberen sobre esas cuestiones.

Yo participé en el G 20 y en el 2009 se tomaron todas las decisiones necesarias para resolver el tema de la crisis, inclusive acabar con los paraísos fiscales del mundo, acabar con las bonificaciones del sistema financiero, regular el sistema financiero internacional, generar 5 millones de empleos y nada, nada de eso se hizo. Porque cada uno de nosotros cuando vuelve a su país se ocupa de su Estado nacional y no hay instancia deliberativa. El FMI era muy bueno cuando decía lo que Bolivia o Brasil tenían que hacer para resolver sus crisis, hoy ni siquiera se invita al FMI para participar en las reuniones en Europa. Así que esas instituciones han fracasado y es necesario en este proceso de globalización y modernización de la sociedad, tratar de crear nuevos mecanismos multilaterales que faciliten el proceso de implementación y ejecución de las decisiones tomadas en forma colectiva.

Yo soy muy optimista con respecto a las transformaciones que veremos dentro de quince años en América Latina, la tendencia es avanzar, nada hará que América Latina retroceda. De a poco vamos aprendiendo, los trabajadores dejarán de ser tan economicistas y también participarán en la creación de políticas, van a proponer. No hay posibilidad de retroceder porque quien aprendió a comer un pedazo de carne nunca más querrá comer sin carne. Que se cuiden los gobernantes porque el pueblo ha aprendido a conquistar las cosas y no va a dejar de hacerlo más.

 

José Mujica | Luis Inácio ‘Lula’ Da Silva