Narcisa Esperanza Díaz, esposa del fiscal Wilson Castillo, de la Unidad de Intervención Inmediata del Guayas, fue dada de alta de la clínica Guayaquil la noche del pasado jueves, luego de haber sido hallada –la tarde de ese día– casi inconsciente sobre la calzada y con una herida en la mano izquierda en el km 5,5 de la vía Durán-Yaguachi.

Aunque no se ha entregado a la prensa ninguna denuncia sobre el caso, se conoció que la mujer –que tendría unos 40 años– fue secuestrada la tarde del pasado miércoles tras salir de su vivienda, ubicada en el norte de Guayaquil.

Conocidos han comentado que la mujer se dirigía al santuario de Schoenstatt, que está a la altura del km 4,5 de la avenida Juan Tanca Marengo, y habría sido interceptada por antisociales que la secuestraron y más tarde habrían solicitado más de 10 mil dólares a los familiares para liberarla.

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Según testigos, cuando fue abandonada en la vía Durán- Yaguachi, la víctima fue lanzada desde un auto marca Chevrolet, modelo Spark, cuya placa no pudo ser observada.

Estaba sucia, casi inconsciente, descalza, tenía una herida sangrante en la mano y otras lesiones leves en las extremidades. Además, denotaba confusión y somnolencia. Luego de unos minutos, la mujer habría indicado a las personas que la auxiliaron en ese sitio que buscaran en su bolsillo derecho un papelito arrugado y llamaran a ese teléfono de su esposo.

Un morador, quien prefirió no identificarse por temor, manifestó que llamaron a una ambulancia y trasladaron a la mujer a la maternidad de Durán, Alfonso Oramas González, donde permaneció dos horas. Después la llevaron a la clínica Guayaquil, en el centro.

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Hasta ayer ninguna de las dos casas asistenciales daba detalles sobre el estado de salud de la mujer, cuál había sido el cuadro clínico con el que llegó, ni el diagnóstico después de la evaluación preliminar y los exámenes de laboratorio. Sin embargo, se conoció que ya salió y se encuentra estable. Tampoco se conoció si le habían dado alguna droga.

El subteniente Luis Sotalín, de la Policía Judicial de Durán, manifestó que la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) se encuentra indagando este caso. Se trataría de un secuestro, pero hasta ayer no tenían pistas de los delincuentes.

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“Ella no puede hablar más, no da tantos detalles. Al parecer se encuentra con daños psicológicos. Su esposo tampoco ha hablado”, manifestó Sotalín en un corto diálogo con la prensa.

Llamada a Loja

Mientras que el fiscal William Aguilar, coordinador de la Unidad de Flagrancia, dio a conocer el pasado jueves que Díaz fue secuestrada aparentemente a las 18:00 del miércoles.

“Familiares de la mujer en Loja habrían recibido una llamada en la que supuestamente los secuestradores pedían diez mil dólares por su liberación”, comentó rápidamente Aguilar al ser consultado sobre el suceso que mantiene preocupados a los servidores de la Fiscalía del Guayas, pues se trata de la esposa de uno de ellos.

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Una vez que conoció la desaparición de su esposa y además de que había llamadas telefónicas a sus familiares en el sur del país, Wilson Castillo, esposo de la víctima, habría dado a conocer el caso a elementos de la Unase, quienes empezaron a buscarla en diferentes ciudades, pues se creía que había sido sacada de Guayaquil.

Sin embargo, no fueron ellos quienes la encontraron sino que sus presuntos secuestradores la abandonaron en la vía.