Irene León, madre de Alexa, una menor de 15 años con parálisis cerebral, ante las dificultades que ella y otras familias con personas con discapacidades enfrentan, promueve en El Triunfo la formación de una asociación de padres con hijos especiales, para así concretar la construcción de un centro de terapias en este lugar.

Con este centro evitarían los riesgos y los costos que implican trasladarse hasta Guayaquil a recibir las permanentes sesiones terapéuticas.

León recibe el bono mensual estatal Joaquín Gallegos Lara ($ 240) por atender los gastos médicos para su hija. Además, para la menor ha obtenido de la Misión Manuela Espejo una silla de ruedas especial, un colchón y una cama. Ella considera que este aporte es insuficiente por cuanto solo en medicinas gasta más de $ 200.

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José Calderón, presidente de la Asociación de Personas con Capacidades Diferentes 3 de Diciembre, en El Triunfo, con 700 afiliados, expresa que si bien la Misión Manuela Espejo ha ejecutado acciones para reducir situaciones de abandono en las personas con discapacidades, en el sector rural faltan centros médicos donde se realicen terapias especializadas a los niños especiales.

Considera que no ha sido adecuada la coordinación entre la Misión Manuela Espejo y el Municipio, para ejecutar acciones que favorezcan a personas con capacidades especiales.

Deysi Gómez, de 42 años y madre de una menor de 9 que padece sordera, expresa que hay alrededor de 130 madres con hijos con capacidades especiales en su cantón, algunas con dos o tres hijos con algún tipo de discapacidad. “Imagínese cómo va una madre en una cooperativa con un niño especial, debe cargarlo, los pasajeros se incomodan”, dice.