Colombia planteó este viernes la posibilidad de negociar un nuevo tratado de delimitación marítima con Nicaragua, después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) le quitara una extensa zona del mar Caribe con potencial económico que estaba bajo su juridicción y lo entregara al país centroamericano.

La propuesta fue lanzada por el presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien afirmó además en Lima que planea reunirse el sábado en México con su par nicaragüense Daniel Ortega para buscar una solución "civilizada" a la controversia.

La pérdida de una porción extensa de mar sacudió a la ciudadanía y al Gobierno de Colombia, que anunció que no aplicará el fallo de la Corte Internacional hasta garantizar la defensa de derechos vulnerados por el tribunal.

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Santos, en una conferencia de prensa ante del inicio de una cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dijo que existen varios mecanismos de solución de acuerdo al derecho internacional, inclusive un tratado con Nicaragua.

"Vamos a revisar todos estos caminos, no son excluyentes, inclusive el tratado con Nicaragua (...). El día de mañana es posible tener un encuentro con el presidente (Daniel) Ortega, y todo esto lo vamos a adelantar de la forma más prudente, más discreta posible", refirió Santos.

Los mandatarios de Colombia y Nicaragua prevén viajar a México para participar el sábado en la ceremonia de la toma de mando del presidente Enrique Peña Nieto.

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"Con el presidente Ortega espero poder decirle que manejemos esto de la forma más civilizada y respetuosa posible", acotó.

Colombia informó el miércoles que dejó de reconocer la jurisdicción de la CIJ después de que renunció al Pacto de Bogotá, un tratado de 1948 por el cual le concedía potestad al principal órgano judicial de Naciones Unidas.
 
Colombia luchará

La decisión no le permite evadir el fallo, que es de obligatorio e inmediato cumplimiento, de acuerdo con expertos, pero bloquearía sentencias limítrofes en su contra si se producen nuevas demandas en el futuro.

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Si bien el tribunal ratificó la soberanía de Colombia sobre siete islotes que reclamaba Nicaragua, además de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el fallo le costó una parte de su plataforma marítima con gran potencial económico, principalmente pesquero y petrolero.

"El pueblo colombiano tiene que tener muy claro es que no vamos a ahorrar ningún esfuerzo para lograr ese objetivo de restablecer los derechos de todos los colombianos, derechos individuales, derechos constitucionales, que este fallo vulneró", dijo el presidente colombiano.

Las posibilidades de que el fallo sea modificado son casi nulas, por lo que la única opción que tiene Colombia si no quiere acatarlo es declararse en rebeldía, lo que sería una decisión contraria a la tradición histórica de Bogotá de respetar el derecho internacional.

"La forma de proceder de mi gobierno, la mía personal, siempre ha sido (que) se puede vivir suave en la forma, pero firme en el fondo; por eso decían que yo soy de la escuela de mano de hierro, pero con guantes de seda", afirmó Santos.

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Analistas y expertos han advertido que si Colombia opta por el camino de la rebeldía podría crear tensión en la región por el esperable respaldo que recibiría Nicaragua de algunos de sus aliados como Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Colombia mantiene los barcos de su armada en la zona en disputa con el argumento de que lo hace para defender su soberanía, proteger a los residentes de las islas y combatir el crimen transnacional, principalmente el narcotráfico.