Roberto Antonio Quimí Huacón, de 23 años, había planificado celebrar su cumpleaños el sábado pasado “con todas las de ley”, como recuerda su tío Humberto Huacón, quien asegura que su sobrino era “un fanático de las fiestas”.

Pero ese sábado, quienes asistirían a su onomástico tuvieron que hacerlo a su velatorio y ayer a su sepelio, porque el joven murió a las 06:00 del pasado viernes, después de sufrir un accidente de tránsito el miércoles a las 17:00 en la vía que conduce a la parroquia Los Lojas del cantón Daule.

Iba hacia su casa en una moto con un amigo, de quien no se conoce su identidad ni su estado de salud, y al pasar por un bache Quimí cayó y se golpeó fuertemente la cabeza.

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Ese tipo de accidentes es común, según Huacón, debido al estado de la vía. El joven fue llevado al domicilio pero lo notaron mal. En ese momento comenzó la agonía para Quimí, quien después de solicitar atención en nueve casas de salud, murió en una ambulancia.

Tras el accidente, Quimí fue llevado al hospital de Daule, donde arrojó sangre por la boca y el médico de turno, según Humberto Huacón, le dijo que era normal porque luego del percance “no desfogó; pero eso ocurrió tres veces pues”.

El paciente fue dado de alta y llevado a casa, pero “a las 03:00 (del jueves) vomitó sangre y lo llevamos otra vez al hospital; ahí me dice la doctora: ‘No tiene nada, está bien, llévelo”.

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En una tercera visita a la misma casa de salud, la medianoche del viernes los médicos observaron la gravedad del paciente y recomendaron llevarlo al hospital Guayaquil, pero en este hospital, recuerda Inés Huacón, madre de la víctima, los médicos le dijeron que no había espacio para su hijo.

“No hay espacio, no hay cama y no hay para entubarlo”, le dijeron en el lugar, según Humberto Huacón. Enseguida lo llevaron hasta el hospital Luis Vernaza, donde “el doctor nos dijo: ‘Mire señor, está todo lleno’, pero doctor, le digo, ayúdenos, ‘no hay a dónde’, nos dice”, sostiene el tío de la víctima.

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Este Diario intentó obtener una versión de algún directivo del hospital, pero una vocera del departamento de Relaciones Pública dijo que por tratarse de fin de semana no había quién dé una declaración.

En la misma ambulancia que llegó desde Daule el paciente fue trasladado al hospital de la Policía, donde lo recibieron y estabilizaron por media hora, pero por falta de espacio en el área de Terapia Intensiva lo derivaron a otra casa de salud en una ambulancia de la Policía.

La doctora Beatriz Miranda, subdirectora técnica del sanatorio, negó que se haya condicionado la estadía del paciente al pago diario de 800 dólares, como dejaron entrever familiares de Roberto Quimí.

Miranda recordó que pese a que el joven no era miembro policial ni familiar de uno de estos, no se le facturó los medicamentos suministrados.

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En una ambulancia de la Policía Quimí ‘visitó’ otras cinco casas de salud, donde no lo recibieron, según sus familiares, por falta de espacio y equipos médicos. Estas son las clínicas San Gabriel, Guayaquil y Kennedy Alborada, y los hospitales Universitario y León Becerra.

En la primera negaron que el paciente haya llegado al lugar, en la segunda no estaban las personas encargadas de brindar declaraciones y en la tercera una vocera dijo que Quimí llegó a la clínica, pero por falta de espacio en Terapia Intensiva no se lo pudo recibir.

Julio Zavala, supervisor del hospital Universitario, dijo ayer que no había una persona autorizada para hablar del caso.

Roberto Quimí, quien se dedicaba a alfabetizar a moradores del recinto Lomas de León, sufrió dos paros cardiacos y murió en la ambulancia, cuando llegó al hospital León Becerra, donde, según familiares, tampoco quisieron atenderlo.

Constitución

Art. 43: “...Por ningún motivo se negará la atención de emergencia en los establecimientos públicos o privados”.

Ley Orgánica de Salud

Art. 7: “Toda persona, sin discriminación, tiene derecho a ser atendida inmediatamente con servicios profesionales de emergencia, suministro de medicamentos e insumos necesarios en los casos de riesgo inminente para la vida...”.