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CABO CAÑAVERAL, EE.UU..- Veteranos del Proyecto Mercury de la NASA se reunieron este sábado para celebrar el 50 aniversario del transcendental vuelo orbital de John Glenn, visitando la antigua plataforma de lanzamiento y maravillándose sobre lo que lograron.

Ahora mayores de 70 y aún 80 años, los aproximadamente 125 trabajadores jubilados del Proyecto Mercury se dirigieron en autobuses, acompañados de sus esposas, al Complejo de Lanzamiento 14. Esa es la plataforma desde la cual fue lanzado el cohete que llevó al espacio a Glenn el 20 de febrero de 1962, para convertirse en el primer estadounidense que orbitó la Tierra.

Algunos estuvieron en sillas de ruedas, mientras que otros se ayudaron con caminadoras o bastones. La mayoría caminaron, algunos con mayor seguridad que otros. Pero todos ellos resplandecían de orgullo mientras se tomaban fotografías de la plataforma abandonada y de sus ex compañeros de trabajo, y se dirigían al búnker a mirar las antiguas fotografías exhibidas de la cápsula espacial Mercury y evocar recuerdos.

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El ingeniero jubilado Norm Beckel Jr. estuvo dentro del búnquer la mañana del lanzamiento de Glenn.

Mientras Beckel recorría la plataforma, recordó haber estado sentado justo al lado de Scott Carpenter mientras el astronauta gritaba a Glenn justo antes del despegue, "Buena suerte John Glenn".

Pero hay más en esta historia.

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"Antes de que dijera eso, dijo 'recuerda, John, esto fue construido por el licitante más barato''', narró a la AP Beckel, de 81 años.

El cohete Mercury-Atlas sacudió la estructura con cúpula en forma de búnker, aunque nadie en el interior podía escuchar el rugido debido al espesor de sus muros.

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"Nadie dijo nada hasta que dijeron 'él está en órbita', y entonces el lugar entró en erupción", recordó Beckel.

Beckel y Jerry Roberts, un ingeniero jubilado de 78 años quien también estuvo en el búnker ese día histórico, señaló que casi todos los trabajadores de aquél entonces tenían veintitantos años y recién habían egresado de la universidad. Los directivos tenían treintaitantos años. "No sé si hoy confiaría en alguien de 20 años", dijo Beckel.