El Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) inició hace dos días las adecuaciones en la casa de Édison Cosíos, el estudiante del colegio Mejía que recibió el impacto de una bomba lacrimógena en el cráneo, el 15 de septiembre pasado, durante una protesta estudiantil en contra del Bachillerato Unificado.

Seis hombres, la mañana del miércoles y en medio de una permanente llovizna, subían y bajaban gradas con el material necesario para armar columnas, paredes y moldear lo que será un tercer piso, donde se instalará una cama especial, máquina de oxígeno, máquina alimentadora, sondas y otros equipos, para mantener al joven con vida.

La casa está construida en el sector de la Argelia Alta, al sur de la capital, en una especie de mirador, que permite ver a sus pies el cordón montañoso de la capital, todo el sur de Quito, el Panecillo y el lado suroriente del norte de la ciudad.

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Ese panorama, sin embargo, pasa desapercibido en el hogar porque nadie está para vigilar el trabajo. Hace cinco meses la rutina de la familia cambió y en casa solo están entre las 22:00 y las 06:00, pues apenas enciende la luz matutina todos salen a cumplir sus obligaciones: el padre a trabajar, su hijo e hija a la universidad, y la madre, Vilma Pineda, se enrumba al hospital de Los Valles a velar el silencio de Édison.

“Nosotros no hemos pedido nada, toda la construcción la está haciendo el Miduvi”, aclaró ella, quien solo quiere que su hijo se recupere.

Ayer pasó en el hospital con la esperanza de observar alguna mejoría en su hijo, pese a tener un diagnóstico desalentador: Édison no podrá recuperarse.

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Según los galenos, científica, humana y médicamente se ha hecho todo. Por ello, el joven será trasladado a su hogar, en donde espera compartir el calor de su familia una vez que los trabajos concluyan.

Frente al cuadro clínico del estudiante, el Ministerio de Salud pondrá a su disposición un equipo para su cuidado, el cual irá cuando lo necesite y servirá de soporte para la madre.

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De acuerdo con versiones del Ministerio de Salud Pública, Édison será dado de alta del hospital de Los Valles, pese a seguir en coma, porque es un paciente con secuelas neurológicas severas y por esa condición depende completamente de quienes lo cuidan; no puede alimentarse ni levantarse de la cama por sí solo, tampoco comunicarse con su entorno y conserva algunos movimientos reflejos.

Sin embargo, a la madre del joven los médicos le indicaron que era porque en el hospital corre el riesgo de contraer alguna infección por bacterias y que la casa es un lugar más estéril, en donde podrá compartir con su familia el tiempo que le quede de vida.

La obra estará lista a fines de este mes y según José Parra, encargado de la construcción, el departamento tendrá dos baños, una cocina, sala, comedor y el cuarto adecuado para el estudiante secundario.

La Fiscalía tomó el 17 de enero las versiones de seis policías, uno fue llevado por la fuerza pública, dentro de las investigaciones para saber quién disparó la bomba lacrimógena.

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Caso: Herido en protesta
Obreros
Seis trabajadores están asignados para hacer las adecuaciones en la vivienda de Édison Cosíos, quien una vez que salga del hospital será llevado a su casa.

Investigación
Por ahora la Fiscalía tiene un solo sospechoso de disparar al estudiante. Se trata del teniente Hernán Patricio Salazar, contra quien se dictaron medidas cautelares y debe presentarse cada ocho días ante el juez.