En la zona conocida como Biron Alto del cantón Atahualpa, provincia de El Oro, de característica montañosa y difícil acceso, se estrelló la avioneta  Cessna 150, matrícula HC-BJA, que desapareció  la tarde del pasado lunes cuando, con dos pilotos a bordo, cubría la ruta Santa Rosa-Guayaquil.

La aeronave, propiedad de la empresa Aeroclub del Ecuador, había partido desde el aeropuerto Regional de Santa Rosa después de las 15:45 del lunes con destino a Guayaquil. Era dirigida por el piloto Juan Carlos Tobar  Garzón, que iba acompañado por el capitán  Edisson  Cuenca Carrión. El arribo debía ser entre las 16:50 y 16:55, pero nunca llegó a su destino.

A eso de las 17:30 la noticia de que la avioneta había entrado en emergencia tras su desaparición se conoció a través de las redes sociales en el país.  Tras un análisis previo realizado por expertos en aviación que conocen la ruta, que hacía  Guayaquil es en línea recta, se determinó como principal hipótesis que se trataría de una falla humana.

La conclusión es que tras salir de Santa Rosa debían girar hacia la izquierda, pero  habrían  interpretado mal la indicación de los instrumentos que proporcionaba la nave y viraron a la derecha, es decir directo a la zona montañosa, por lo que terminaron impactándose con un cerro en el sitio llamado Biron.

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La tragedia habría ocurrido apenas quince minutos después de que Tobar y Cuenca, este último el más experto que había hecho cursos en Argentina y Bolivia, partieron desde el cantón Santa Rosa.

Operativo de búsqueda
Ayer, en Guayaquil, Thomas Endara, comandante del Ala de Combate 22, de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), a cargo del operativo de búsqueda que comenzó en cuando se perdió comunicación con la aeronave, refirió  las incidencias del percance.

Endara explicó que los pilotos confirmaron su despegue desde Santa Rosa y luego no hubo más reportes, por lo que se declaró la alerta. Dijo que empezaron a buscar en la ruta aérea que debían tomar, pero al parecer ¬según Endara¬ desviaron su trayectoria. "No iban en la aerovía", comentó. Las aerovías, dijo, suponen una especie de "carreteras en el cielo".

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La noticia del hallazgo de la avioneta siniestrada llegó a la FAE el martes antes del mediodía. Lo hizo un testigo, que había llamado desde El Oro afirmando que había visto volar muy bajo a una avioneta en la zona de Piñas, dijo la autoridad.

Rumor desmentido
Al anochecer del lunes existió el rumor de que la avioneta había sido hallada en la isla Puná, en el Golfo de Guayaquil, y que los tripulantes habían resultados ilesos, pero eso fue descartado por Endara una vez que mineros reportaron, desde El Oro, que habían hallado el aparato y también los cuerpos.

La persona que encontró la aeronave fue el ciudadano Carlos Ortega, un trabajador de la compañía minera Odin, que hoy a eso de las  09:30 se percató de la existencia del aparato siniestrado y de inmediato dio aviso a la Policía de Piñas.

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Uno de los cuerpos, que sería el de Juan Carlos Tobar,  quedó atrapado
en la cabina; mientras que el de Edisson Cuenca quedó a un costado de la
nave. A los alrededores se encontraron documentos de aviación de los
fallecidos.

La aeronave se destruyó en un 85%, según las primeras investigaciones de
los técnicos de la Aviación Civil que llegaron al sitio a eso de las
17:20 de hoy.

Según información de los rescatistas, la avioneta Cessna fue hallada en la ladera de una montaña, al menos a unos 1.230 metros de altura, en el sector conocido como Biron Alto del cantón Atahualpa, El Oro.

El sitio donde se estrelló la nave permanece nublado por lo que el piloto, que sería Tobar, no pudo percatarse de la existencia de la montaña y terminó estrellándose contra ella.

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Raúl Villacís, geólogo de la empresa minera, indicó que en cuanto recibieron la alerta del  trabajador acudieron al sitio -que es   de difícil acceso porque la vía es lodosa y de cuarto orden- a verificar la tragedia que ha enlutado a dos familias: la de Tobar, en La Troncal; y la de Cuenca, en Pichincha.

"Habían venido (a Santa Rosa) a validar la licencia del piloto Juan Carlos Tobar. Mi hijo se había preparado en Argentina y Bolivia. Tenía seis meses en Aeroclub", comentó Pedro Cuenca, padre de Edisson, notoriamente conmovido.