El pasado 23 de septiembre, Georgina de la Cruz, de la planta central de Salud Intercultural de Tungurahua, en el recorrido que hizo por la zona donde se presentó el primer foco de infección del sarampión (comunidad Illagua de la parroquia Quisapincha), dijo que se le informó que un niño del sector había muerto presumiblemente con esa patología. “Hay que esperar los resultados de laboratorio para saber qué mismo le provocó el fallecimiento”.

Pero ayer, diez días después de aquella visita, la familia Cosquillo-Maisa no tiene ninguna respuesta. El abuelo del infante, Segundo Cosquillo, señaló que ninguna autoridad de salud le ha notificado de qué murió y aclaró que en ningún momento le cogieron alguna muestra para el análisis.

Contó que el pequeño enfermó el viernes 16 de septiembre, que tenía fiebre y lo llevaron al Centro de Salud 1, en la Medalla Milagrosa (Ambato), en donde luego de verlo le enviaron unos jarabes. Al siguiente día y como no mejoraba lo llevaron a emergencias del Hospital Docente Ambato, en donde le dieron medicinas y dispusieron que regrese a su casa.

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“Nunca nos dijeron qué tenía, aunque no quisieron internarlo, pero le salieron algunos granitos”, señaló, al advertir que el infante no encontraba mejoría. “Empeoró, el martes en la mañana falleció y el miércoles en la tarde le enterramos. Después de eso llegaron creo que 40 doctores y se intensificó la vacunación en la comunidad hasta a las personas mayores de 45 años de edad”.

En tanto, el director de Salud de Tungurahua, Enrique Lana, se mostró sorprendido al señalar que no conoce absolutamente nada del deceso del infante. “Si existiese un pedido de investigar la causa de la muerte tendremos que actuar y la única forma será a través de la exhumación del cadáver”.

En Illagua Chico los comuneros reclaman atención, incluso aseguraron que ya no vacunan. En la comunidad hay una edificación abandonada desde el 2006. Se trata de un proyecto de subcentro de salud que no llegó a concretarse.