El ministro de Salud, David Chiriboga, se reunió ayer con los jefes de áreas del hospital de niños Francisco de Ycaza Bustamante así como la directora Patricia Parrales y el gerente administrativo Xavier Chacón.

En la cita los médicos expusieron ante Chiriboga las necesidades de algunas de las áreas de este centro de salud, donde fallecieron en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatología (UCIN), entre el 3 de febrero y 20 de marzo pasado, 11 bebés, al parecer por la bacteria serratia, caso que se encuentra en instrucción fiscal.

Esta casa de salud es uno de los doce hospitales públicos que están en emergencia sanitaria mediante los decretos ejecutivos 618 y 693 debido a la saturación de pacientes en sus servicios y en el que el Ministerio de Salud Pública (MSP) el pasado 20 de enero prometió invertir $ 7’250.000.

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En ese entonces el MSP señaló que con este monto se aumentarían las camas en cuidados intensivos, neonatología y medicina interna, y se ampliaría el quinto piso. Asimismo se prometió extender la parte de emergencias y una redistribución del espacio físico.

También se habló de adquirir equipos de imagenología, ecocardiógrafo, ecógrafo y electroencefalograma, arreglo de pisos y nuevas ambulancias.

Otra de las prioridades, según el MSP, es la contratación de neurólogos, neumólogos, anestesiólogos, cirujanos cardiovasculares y enfermeras.

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Ocho meses después de decretarse la emergencia sanitaria de los $ 7’250.000 se han invertido cerca de $ 200.000 en la remodelación de la UCIN y el área de recepción de neonatos, así lo dijo el gerente administrativo, Xavier Chacón, en mayo pasado.

La directora Parrales indicó que se prevé para después del 20 de septiembre el funcionamiento de ambas áreas y que los recursos se han asignado a media como se presentaron los proyectos.

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No coincidió con ella uno de los médicos que participaron en la reunión con el ministro Chiriboga y quien labora desde hace más de 20 años allí. “Se le dijo algunas cosas al ministro. Los recursos nunca llegaron, el dinero de la emergencia vino un jueves y se regresó un lunes a Quito, jamás estuvo en el hospital y aquí se ha trabajado con $ 200.000 que llegó en total por la emergencia, ahora le han dado un millón pero para pagar las deudas que tiene”, expresó.

El médico recalcó que no se opone a trabajar las ocho horas pero enfatizó que no se lo puede hacer sin los recursos y que el personal sí está capacitado para asumir este horario y están dispuestos a acatar la solicitud del ministro Chiriboga.

“No hay una racionalidad en el tema de los insumos porque Quito ha enviado tanto que a veces exageran en una cosa y no mandan el resto de las medicinas”, sostuvo el especialista.