Alejandra, de 26 años, se la ve muy preocupada por la falta de antirretrovirales en la clínica de VIH/sida del hospital Guayaquil (suburbio), pues está en las últimas semanas de embarazo, que es cuando se debe fortalecer su tratamiento y así evitar transmitir el VIH a su hijo.

Ella es una de los 2.000 pacientes que reciben antirretrovirales en este centro, pero a quien desde hace dos semanas le redujeron la entrega del medicamento; antes le recetaban por un mes ahora le dan para siete o cinco días.

“A cualquiera le afecta saber que tiene esta enfermedad y sin antirretrovirales se sufre más porque se siente que uno tiene la culpa de no haberle dado una mejor vida, sin antirretrovirales es, como los doctores nos dicen, más frecuente que se contagien y la culpa es más para una porque tiene que estar detrás del bebé para que no lo vayan a discriminar, que no vaya a enfermarse”, dice Alejandra.

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La paciente recuerda que ya lo ha cuidado por mucho tiempo (ha seguido el tratamiento) por eso teme que ante la falta de medicinas después su hijo tenga riesgo de adquirir el virus.

“Sin antirretrovirales yo me muero, estoy ya en las últimas semanas”, dice ella.

La directora de la clínica de VIH, Nelly Avilés, indica que no es injustificado el miedo de Alejandra y explica que los antirretrovirales no pueden faltar porque 24 horas antes del parto las embarazadas van a una cirugía programada, entre las 36 o 37 semanas, le aplican Zidovudina inyectable a través de sueros antes de entrar a la cesárea, para que el niño no nazca infectado, se las opera y a su vez continúan tomando antirretrovirales hasta que se haga un control de CD4 (examen que mide las defensas del paciente)

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Avilés insiste en que si se detecta que sus niveles de CD4 están elevados entonces se le suspende la medicación, pero si continúan bajos se mantienen los antirretrovirales.

La Zidovudina inyectable, señala Avilés, no hay en stock.

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Están escasos los antirretrovirales que se utilizan para los hijos de mujeres infectadas.

Además de las embarazadas pacientes como Jorge, de 27 años, también les inquieta la falta de antirretrovirales, en su caso Efavirenz.

Jorge, quien al principio pensaba que el tratamiento era una “pérdida de tiempo”, indica que sí funciona y lo hace sentir mejor pero sería una “catástrofe” que ya no se la entreguen. “Son sumamente fuertes y caras porque las personas que venimos aquí no tenemos los recursos para comprar afuera los medicamentos”, expresa él.

En hospital Guayaquil

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La clínica de VIH/sida del hospital Guayaquil, atiende a 4.000 pacientes con este virus, 2.000 reciben tratamiento antirretroviral.

Embarazadas y niños

En un mes se atiende a 70 embarazadas. El área pediátrica tiene 400 niños.

Infectados

En el hospital de Infectología José Daniel Rodríguez Maridueña se atiende a 5.000 pacientes con VIH, 3.000 están en tratamiento con antirretrovirales.

M. Enrique Sotomayor

En este centro también hay escasez de medicinas.

Donación

Un grupo farmacéutico realizó una donación de 300 frascos de Efavirenz, producto antirretroviral que escasea en algunos de los hospitales públicos. Los fármacos son para el hospital de Infectología y Ministerio de Salud Pública, para los pacientes con VIH.