En un baño, cuyas paredes son de plástico y puerta de madera, ubicado atrás de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil, habría sido violada una estudiante de aproximadamente 18 años, quien denunció el hecho en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas (PJ-G).

Según la denuncia presentada el viernes pasado, a las 06:45 la joven se bajó del bus de la línea 36 con rumbo hacía la Facultad de Filosofía de la Universidad de Guayaquil, donde estudia, cuando fue sorprendida por un desconocido que se encontraba con un revólver.

“El arma la llevaba en la cintura y me amenazó de muerte si no hacía lo que él decía y me pidió que lo acompañe hasta la Facultad de Arquitectura”, relató en la denuncia.

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Narró que en dicha facultad está un baño de los trabajadores que están construyendo un malecón, en donde bajo amenazas de muerte la obligó a entrar, sin que los guardias, ni estudiantes se percataran del hecho.

Detalló que el sujeto de baja estatura, blanco, contextura gruesa, ojos cafés y con un tatuaje en el brazo derecho, cerró la puerta y la obligó a sacarse la ropa y procedió a violarla.

Mientras el sujeto abusaba de la joven, uno de los guardias de la construcción, Salvador Constante, se acercó a golpear la puerta, pero el individuo no abrió y le gritó que no molestara que “después le daba para las colas”.

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De su parte Constante indicó que golpeó la puerta dos veces con una escoba pensando que eran dos jóvenes que no querían salir del baño, pero que jamás se imaginó que el sujeto la estaba violando, ya que la joven se mostró tranquila.

“Yo vi que venía junto a él (presunto violador) y pensé que eran enamorados, como ella estaba tranquila, nunca dijo nada, continúe con mis labores”, contó el celador.

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Más de 20 minutos permaneció retenida la joven, al salir del baño el sujeto le indicó que lo acompañara a las afueras de la universidad, en el paradero del bus, donde se embarcó en una buseta y huyó.

“Me dijo anda despacio, no grites, ni llores, porque sino te mato”, relató la afectada.

Constante, quien tiene cinco meses laborando en el sector, dijo que esta era la primera vez que sucedía este caso, por lo que decidió acompañar a la joven a denunciar el hecho.