QUITO .- En medio del dolor y consternación de familiares, amigos y compañeros de armas llegaron ayer a Quito los seis cadáveres de los militares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) que fallecieron en un accidente aéreo en la provincia de Napo.

El siniestro ocurrió el pasado jueves en el cantón Arosemena Tola, en el sector El Capricho, cuando el avión Twin Otter, con capacidad para 19 pasajeros, se precipitó a tierra mientras retornaba de Shell (en la provincia de Pastaza) a Tena, base de las operaciones que realiza la FAE en la Amazonía.

Decenas de uniformados llegaron al Ala 11 de Combate, en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, para solidarizarse con las familias de las víctimas y a rendir un homenaje a sus compañeros. Personal de tropa formó una calle de honor para recibir los féretros con los cuerpos de los uniformados.

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Cerca del mediodía llegó el primer cadáver; del suboficial mecánico Ángel Mármol, en un ataúd café claro, cubierto con una bandera de Ecuador, quien falleció en el hospital de Tena horas después del accidente, debido a las graves lesiones que sufrió cuando la aeronave cayó al río Anzu. A las 12:30, en otro avión Avro, llegaron las otras cinco víctimas del accidente aéreo, también cubiertas con banderas del Ecuador. Los restos del piloto, Xavier González; del copiloto, Mario Campaña; del oficial, Gabriel Palacios; del técnico de Operaciones, Iván Paredes; y del cabo de Finanzas, Juan Román, quienes fueron cargados en hombros por los compañeros de promoción hasta las carrozas fúnebres.

Las víctimas, antes de ser transportadas a la sala de velaciones del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), en el cementerio de El Batán, en donde se instaló una capilla ardiente, recibieron los honores militares de la cúpula de la FAE, liderada por el comandante, Leonardo Barreiro. Mientras, los familiares lloraban inconsolablemente la prematura partida de sus seres queridos.

La FAE no proporcionó mayores datos del accidente. El director de Comunicación, Antonio Puga, señaló que le corresponde a la Junta Investigadora de Accidentes, integrada por oficiales del Ejército, Marina y personal de la Aviación Civil, determinar las causas de este siniestro.

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Aclaró que las condiciones técnicas de la aeronave eran óptimas y que no registraba inconvenientes. "Si estaba volando era porque estaba en perfectas condiciones", señaló Puga.

Según información de la FAE, el avión siniestrado era de fabricación canadiense (1986) y pertenecía a una flota de tres aeronaves Twin Otter de pasajeros. En el 2009 se le realizó la última inspección mayor de mantenimiento. Antes del suceso tenía un total de 16.776 horas de vuelo, que según Puga, es un porcentaje bajo con relación a otras aeronaves que superan las 30 mil horas.

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Desde agosto del 2010 la aeronave accidentada cubría las diversas rutas en el oriente como parte del acuerdo denominado Transporte Aéreo Económico, entre la FAE y el Instituto para el Ecodesarrollo de la Región Amazónica (Ecorae) para beneficiar a las comunidades indígenas de la Amazonía.

El secretario de la Ecorae, Carlos Viteri, contó que el avión cubría cuatro rutas diarias, y desde agosto del 2010 ha realizado 469 vuelos al interior de la selva. Más de 6.000 personas han sido transportadas en los cinco meses de convenio, a un costo de $ 15 por ruta.

Los restos del piloto de la aeronave serán sepultados hoy en Ambato, mientras que los del suboficial mecánico, en su natal Tabacundo (Pichincha).

La FAE reanudó los vuelos hacia las comunidades amazónicas en agosto del 2010, luego de dos años de suspensión.

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El 6 de enero del 2010, seis militares (piloto, copiloto y cuatro conscriptos) murieron al accidentarse la avioneta del Ejército que tripulaban, una Cessna 206, mientras realizaban labores de abastecimiento en cerca de Taisha, en la Amazonía.