Orden divino

Cuando pienso en el orden divino, recuerdo la armonía perfecta de la naturaleza. En ella, un equilibrio divino es evidente tanto en el átomo más pequeño como en la montaña más majestuosa. El orden divino que es evidente en la naturaleza también obra en mi vida. Este me ofrece oportunidades para el crecimiento y la renovación, me presenta ideas e inspiración, me provee guía y protección. El orden divino me bendice con todo lo que necesito para tener una vida saludable, feliz y productiva.

En este momento, abro mi visión espiritual para apreciar y acoger el orden divino. Doy gracias por las oportunidades disponibles para mí. Sé que el espíritu de Dios obra en mí y en toda vida.

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-Juan 1:4
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.