El Papa, en la reciente exhortación ‘Palabra del Señor’, pide poner la Biblia al alcance de todos. Corrobora un objetivo aún no plenamente logrado: que la Biblia; Cristo escrito también en quichua, ayude a consolidar la identidad de los pueblos indígenas, abiertos a la integración. Las lenguas más conocidas se han formado por un proceso de integración de dialectos.

Lutero, para que todos los germanos puedan conocer la Palabra de Dios, tradujo la Biblia, utilizando las palabras más comunes en los diversos dialectos. Poco a poco los alemanes fueron entendiéndose con las palabras escogidas por Lutero de entre los diversos dialectos. Esta Biblia logró un objetivo religioso-civil. La unidad en la diversidad.

Guardada la diversa proporción, Pachacámac Quillcashca Shimi tiene similar objetivo religioso-civil. Es la primera traducción en el continente de toda la Biblia a una lengua aborigen, el quichua.

La misionera Laurita Bernarda Ortiz, colombiana, (Coronita) intervino como “facilitadora” a que la Biblia una a los diversos pueblos indígenas del Ecuador entre ellos y con los hispanohablantes. Facilitó la traducción de la Biblia del castellano a un quichua unificador. Se relacionó con los quichuaparlantes más abiertos y conocedores de Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Chimborazo, Cañar, Azuay y Loja. Ellos fueron escogiendo, no sin tensiones, de entre las posibles, la palabra más inteligible por los diversos pueblos. En cuanto a fidelidad al significado bíblico, Coronita fue ayudada por el salesiano Tone Bresciani y por los jesuitas Miguel y Francisco Ramos. Después de 15 años de encerramiento, por turno, y de encerramientos conjuntos de los traductores en un departamento del Centro Nazareth, de la Diócesis de Latacunga, se realizó otro encerramiento, esta vez de un mes, durante el cual los traductores indígenas revisaron su obra. La última revisión fue realizada por el lingüista salesiano Fausto Jara.

Probablemente el uso de la letra k y otras letras es más cercano a la fonía quichua; sin embargo se optó por las letras usadas por la lengua castellana, también, para favorecer la integración. La unidad en la diversidad es difícil, también, porque exige amplitud de miras; y esta requiere amplia explicación.

Mientras tanto, el padre Francisco Anta, de la Sociedad de San Pablo y director de la Sociedad Bíblica Católica Internacional, que ha apoyado la traducción de la Biblia en múltiples lenguas, una de ellas la lengua china, aceptó generosamente apadrinar una edición clase A, de 50.000 ejemplares. Ha ratificado generosamente su padrinazgo…, pide solamente que los ejemplares restantes cumplan en el tiempo la misión humano-divina de la Palabra de Dios: El cultivo de la identidad e integración de los pueblos.

Esta Biblia fue presentada a Juan Pablo II y a los obispos reunidos en el Sínodo en 1997, para dar un nuevo impulso a la evangelización.

Momento cumbre de la vida de la misionera Laurita Bernarda Ortiz fue el de la presentación de esta Biblia, como servicio misionero, religioso y civil de la Iglesia ecuatoriana, el día de la beatificación de su fundadora, la madre Laura Montoya.