Cerca del mediodía de ayer, los medios privados de radio y televisión recibieron la orden de integrarse a la señal de las cadenas oficialistas Ecuador TV y Radio Pública.

Durante las primeras horas de la mañana, Teleamazonas y Canal Uno, por ejemplo, alteraron su programación regular para informar sobre la rebelión de la tropa policial.

Los medios privados transmitieron en vivo la intervención del presidente Rafael Correa en el Regimiento de Policía Nº 1, ubicado en el noroccidente de Quito. En medio de empujones y miradas de desconfianza, tanto del Gobierno como de los uniformados, la prensa movilizó a sus equipos periodísticos.

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Sin embargo, luego del discurso del Mandatario y de los incidentes en el cuartel policial, la Presidencia dispuso a los gerentes de las estaciones privadas que, de manera obligatoria e inmediata, difundan la cadena de radio y televisión. Quien no lo haga “será sancionado con todo el rigor de la ley”, decía el oficio gubernamental. En el documento se determinó que la cadena se retransmita desde las 13:30, por tiempo indefinido, a través de Ecuador TV.

La Presidencia fundamentó la imposición de la señal oficial en la Ley de Radiodifusión y Televisión y su respectivo reglamento. Al mismo tiempo, el Gobierno decretaba el estado de excepción, como lo anunció Alexis Mera.

Sin embargo, el decreto del estado de emergencia no determina la suspensión de derecho constitucional alguno, por lo que no cabía limitar la libertad de información. Y las leyes citadas hablan de mensajes y cadenas del Presidente, pero no como ocurrió, enlaces con el noticiario oficial.

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Luego, por medio de una alerta, la Secretaría de Comunicación indicó a los medios de información que “en caso de que la señal de Ecuador TV y Radio Pública se vea impedida de salir al aire, la matriz de televisión pasará a ser Gamatv, y de radio, Radio América”.

Al set de Ecuador TV fueron invitados funcionarios gubernamentales, asambleístas y personajes afines a la Revolución Ciudadana.

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Varios periodistas de los medios privados, quienes pidieron la reserva de sus nombres, manifestaron su rechazo por la medida, pues –dijeron– la población termina recibiendo solo una versión de los hechos.

En las calles, algunos reporteros fueron agredidos. En la avenida Patria y 6 de Diciembre, un grupo de uniformados golpeó a los ciudadanos que les reclamaban por la medida y a los fotógrafos de prensa que registraban los acontecimientos.

Coreando consignas como “Rafael Correa fuera” y “Nosotros también somos pueblo”, los uniformados rebelados dijeron que no querían salir en la prensa y destruyeron la cámara del fotógrafo Diego Cevallos, de la revista Vistazo, y robaron la tarjeta de memoria del equipo de Freddy Constante, de diario Expreso.

La organización Fundamedios registró unas 13 agresiones a los periodistas Hernán Higuera, de Ecuavisa; Juan Correa, de Canal Uno; Carolina Mela, de Ecuador TV; Juan Pérez y Miguel Castillo, de El Comercio, y Ana María Cañizales, de Teleamazonas.

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La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó la desestabilización de la democracia y, a la vez, exhortó a que el periodismo pueda trabajar en forma libre y se garantice el derecho a la información.