Ante la mirada indiferente de propios y extraños diariamente se arrojan unas tres toneladas de basura a un barranco, a dos kilómetros de la ciudad de Palanda, que con el tiempo se ha convertido en una extensa zona poblada de plásticos, botellas, latas, colchones, muebles y restos de alimentos.

En este sitio las aves de rapiña, perros y ratas disputan un bocado, y todo va hasta las aguas del río Palanda.

Moradores de la zona señalan que desde hace más de diez años, la basura que se genera en las poblaciones de Palanda y Valladolid, es recogida por el Municipio de Palanda y arrojada a este sitio.

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Las familias, que piden no ser identificadas para evitar retaliaciones del Municipio, comentan que hay días que la basura se vuelve insoportable por los malos olores y moscas que llegan hasta sus casas.

El alcalde de Palanda, Segundo Mejía, quien cumple su tercer periodo consecutivo, responsabilizó a los concejales por oponerse a la compra del terreno para la construcción del relleno sanitario.

El año pasado el Municipio compró un vehículo recolector  para transportar la basura.

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El Concejo de Palanda en el año 2001 expidió una ordenanza para la administración, recaudación y control de la tasa de recolección de basura por la cual se cobra un dólar a todos los usuarios del agua potable que suman 800 familias.