Es un día de celebración y Janeth de Dillon prefiere hacerlo cumpliendo la labor a la que le ha dedicado 32 años de su vida: ser maestra parvularia.

“¿Por qué les dicen los periquitos?”, pregunta ella mientras entra al aula donde enseña a 35 niños inquietos de 5 años. Algunos intentan contestar, mas uno de ellos sobresale en la clase al decir en voz alta: “porque tenemos camisetas verdes”.

De Dillon, de 62 años, es una de las seis maestras parvularias del jardín fiscal Nº 9 Lola Tamayo Ortega, ubicado en la ciudadela Martha de Roldós, en el norte, donde se educan 210 menores de entre 4 y 5 años.

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El plantel, que es de práctica docente del instituto pedagógico Leonidas García, integra el listado de unas 400 instituciones que en Guayas participarán en la evaluación obligatoria del desempeño docente que aplicará este año, a nivel nacional, el Ministerio de Educación.

En la provincia rendirán pruebas unos cuatro mil maestros de nivel inicial, preprimario y primario. En Guayaquil son cerca de mil educadores de unos 100 planteles del sector urbano y rural, según la página web www.educacion.gov.ec.

La evaluación tiene como antecedente los resultados, el año pasado, de las pruebas de razonamiento lógico y verbal, la primera del concurso de docentes para ingresar al magisterio. De los 17.877 (74%) de maestros que rindieron en el país la nota promedio fue de 38/100. El mínimo para aprobar era de 60/100.

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A raíz de estos puntajes el Ministerio de Educación propuso talleres nacionales de lectura crítica para docentes y, el 26 de enero pasado, el ministro Raúl Vallejo dispuso, mediante un acuerdo ministerial, la creación del Sistema Nacional de Evaluación y Rendición Social de Cuentas. Con el plan se somete este año al 25% de maestros a pruebas teóricas y prácticas con las que podrán ser premiados o destituidos.

Según el documento, los docentes que obtengan nivel insatisfactorio (menos del 60%) deberán capacitarse para ser evaluados nuevamente, y si tienen el mismo puntaje serán removidos del magisterio.

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Esto ha provocado rechazo de la dirigencia de la Unión Nacional de Educadores (UNE), quienes están de acuerdo con la prueba y los estímulos, pero no con ser separados del cargo si obtienen bajas calificaciones.

William Pazmiño, de la UNE-Guayas, califica la evaluación como sesgada y por ello hoy, durante la sesión solemne por el Día del Maestro, planteará que los establecimientos donde se tiene previsto aplicar la prueba, en mayo y junio, se declaren en rebeldía. Esto, añade, significa que los maestros no se presentarán y no darán los exámenes hasta que se reforme la parte de la remoción.

No obstante, la idea que propone el ministerio con la evaluación, según la subsecretaria regional, Mónica Franco, es determinar las fallas y corregirlas con talleres y seminarios.

Franco asegura que los maestros no deben tener miedo. “Todos sabemos que no es posible medir errores sino tenemos una medición”, dice.
Y, pese al anuncio de los dirigentes de la UNE de declararse en rebeldía, Franco enfatiza que la evaluación es indetenible y se aplicarán sanciones por desacatar disposiciones.

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Pese a este rechazo de los líderes del gremio hay docentes como Janeth de Dillon que sí están de acuerdo con los exámenes. “Debemos innovarnos para nos ser improvisados”, dice al indicar que en el jardín se capacitan continuamente.

Su compañera Alexandra Jurado, con 6 años de experiencia, expresa que hay la necesidad de actualizarse con los nuevos programas informáticos.

Ella comenta que algunos compañeros sienten temor, pero no a la evaluación sino a que les formulen preguntas que no estén acordes a su desempeño y sean separados del magisterio.

Francisco Salinas, maestro hace 23 años en la escuela fiscal República de Colombia, asumirá la prueba con responsabilidad, por lo que realizará las consultas necesarias en internet para prepararse.

Salinas, de 61 años, cree que estas evaluaciones permitirán que el Ministerio asuma su rol de capacitar de manera práctica y permanente, por ejemplo, enseñar a manejar a los alumnos o cómo impartir una clase con medios audiovisuales.

Blanca Jiménez, maestra de Estudios Sociales, concuerda con Salinas que si al término de cada año lectivo les corresponde evaluar a sus alumnos igual debería ser con los maestros.

“Estoy recogiendo  los temas para estar lista cuando llegue la hora”, anota Jiménez, de 53 años, 22 de los cuales ha dedicado a la Red G-5, Plantel Central del Círculo de Periodistas del Guayas, en la  Trinitaria.

Para los docentes de octavo a décimo año y bachillerato, parte de la evaluación será de acuerdo a la especialidad. Mariuxi Riofrío dicta francés en el instituto superior Guayaquil. “La evaluación podrá medir el desempeño del maestro”.

Textuales
EDUCADORES

Miguel Centeno Mera
Maestro del José Peralta

“Se exige más al maestro que debe autoeducarse y actualizarse según la época”.

Linda Barrezueta
Vicerrectora (e) del Guayaquil

“Me parece excelente que el profesor que ha hecho un esfuerzo por prepararse reciba un incentivo”.

Más datos Sistema de evaluación

Participantes
La evaluación es igual para docentes y directivos y tendrá dos etapas: interna y externa.

Pruebas
La interna comprende: autoevaluación (5%), coevaluación, a cargo de un compañero, (5%); directivo (5%); estudiantes (12%), padre o representante (8%); observación de una hora de clase (15%). La externa evalúa el desempeño docente (50%).

Calificaciones
Hay excelente (mayor al 90%); muy bueno (entre 80% y 89%); bueno (entre 60% y 79%) e insatisfactorio (60%).

Estímulos
Los que obtengan nota excelente recibirán becas o pasantías y un bono de
$ 1.200 por 4 años.