Zizou, un gato persa azul de dos años, ronronea cuando lo acarician, se orina por la casa y últimamente ha arañado los muebles con sus afiladas garras. Estas situaciones son normales  en el comportamiento de estas mascotas, caracterizadas por ser independientes, indica el veterinario Víctor Chicaiza.

Explica, por ejemplo, que los felinos ronronean al ser acariciados como muestra de agrado, pero suelen morder al dueño cuando ya no desean que lo haga, dice.

Uno de los hábitos molestosos de este tipo de mascotas es, sin duda, cuando se orinan los rincones de la casa y en ciertos objetos. Este es el caso de Cristina Jaramillo, dueña de Zizou, al que le encanta ‘marcar’ las esquinas de su casa –señala– en especial cuando ella lo deja para ir a trabajar.

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Chicaiza asegura que esta situación ocurre cuando el gato macho no ha sido castrado y necesita marcar su territorio. En cambio, aquellos que han sido operados lo hacen en un solo lugar, al igual que las hembras.

Para la especialista Yelena Mendoza estos felinos rasguñan objetos para afilar sus garras y en ocasiones por estrés. Esta fue una de las experiencias que vivió Jaramillo en su sofá, el cual tuvo que cubrir con una manta para ocultar el daño que le hizo Zizou.

Otra de las acciones que repiten los gatos es rozar su cara con el cuerpo de sus dueños. Mendoza manifiesta que los felinos tienen glándulas odoríferas bajo su piel, barbilla y alrededor de sus ojos, y cuando se frotan así con las personas lo marcan con su olor. “Es un comportamiento de marcación, como una señal de mucho afecto”, recalca.

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Mientras que Olimpia, una gata angora de 5 años, prefiere pasar en su caja de arena, donde  hace sus deposiciones sin necesidad de ser regañada.

Pero, algunas veces, dice su propietaria Carolina Vásquez, cuando sale de esta se pone a rascar el piso, señal de que no le gusta el estado de su arena.

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“Es recomendable que la arena del cajón o canasta de su gato se cambie periódicamente, cada dos o tres días incluso para evitar enfermedades”, recomienda la veterinaria.

Olimpia es una gata que gusta de correr por las noches, tropezar cosas a su paso y hace ruidos cuando todos los miembros de la familia duermen.

Mendoza advierte que esta actitud se da porque a esta hora ellos cazan y se vuelve frecuente si el animal es joven y se ha quedado solo todo el día. “Él estará más inclinado a este tipo de actividades nocturnas, pues probablemente duerma todo el día mientras usted está fuera”, sostiene el experto.

Si su felino le lame el cabello, cara o dedos, está tratando de asearlo. “Es un gran cumplido”, dice Chicaiza, “Quiere decir que el gato tiene un lazo con el dueño, porque ellos solo asean a otros gatos con los cuales tienen lazos, como una madre, sus hijos o hermanos”.

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Otro de los hábitos en los que los especialistas concuerdan es la atracción de los gatos por morder las plantas del jardín. Mientras que este comportamiento es molesto para los dueños, Chicaiza indica que el gatito no está masticando las plantas para destruirlas. “Aún cuando los gatos son carnívoros y necesitan la taurina en la carne para sobrevivir, también necesitan plantas verdes pues les ayudan a su digestión”.

Los gatos que viven adentro de la casa, principalmente comerán plantas de la casa como fuente del material vegetal que necesitan. Pero debido a que muchas plantas son venenosas es recomendable verificar qué tipos se tienen en la vivienda, señala.

1.  Se muerde a sí mismo
Algunos gatos se muerden y se rascan hasta el punto en que se provocan heridas en todo el cuerpo si tienen picazón. Si se está mordiendo a sí mismo o se rasca llévelo al veterinario para descubrir la causa.

2. Juega con una presa muerta
Mucho después de que el felino ha matado a una presa (ratón, por ejemplo) puede continuar atacándolo. Aun cuando un gato la elimina, puede aventar a esta al aire, brincarle o pegarle por toda la casa. Esto es una muestra de que el felino desea que continúe la persecución.

3.  Desenrolla el papel del baño
Simplemente se está divirtiendo. Es muy satisfactorio para un gato el controlar su medio y una manera de hacerlo es ver cómo el papel da vueltas. Si su dueño escucha la conmoción y corre para ver qué sucede, la diversión es doble, porque ahora él también ha entrado en el juego.

4. Rasguña los vidrios
Los gatos se sientan en la ventana y tocan el vidrio con sus patas cuando ven a otro animal afuera y la rasguñan para probar qué tan fuerte es la barrera que le impide salir.